La edición de este año de The Players se ha convertido casi en un ejercicio de golf extremo y puede convertirse en histórica ya que ya es seguro que acabará mañana y los organizadores no descartan que pueda extenderse hasta el martes, si las condiciones climatológicas, peores incluso de lo previsto, siguen sin acompañar. La siguiente parada del PGA Tour es también en Florida, en el Valspar Championship, por lo que no habría problemas para estirar el juego todo lo que se pueda. Las fuertes tormentas y amenazas de tornado, incluso, apenas permitieron completar una jornada y media hasta ayer en TPC Sawgrass. De hecho, Jon Rahm, que acabó el jueves en tres bajo par, aún no había vuelto al campo al cierre de esta edición, con la expectativa de jugar apenas un par de hoyos y tener que jugar la segunda ronda y quizás parte de la tercera hoy.
Quienes jugaron ayer lo hicieron con un fortísimo viento que provocó que la bola fuera casi incontrolable y muchas acabaran en el agua de los diferentes hoyos, sobre todo en el amenazador 17, donde cayeron más de veinte solo en el primer turno. Jugadores destacados como Collin Morikawa, Scottie Scheffler, Dustin Johnson o Jordan Spieth, se cargaron con tarjetas de cinco, seis o siete sobre par para quedar fuera de un torneo que se recordará durante muchos años. Los dos primeros son rivales directos del de Barrika en la lucha por el número 1 esta semana y con los otros dos, Viktor Hovland y Patrick Cantlay, está compartiendo partido en este reto de paciencia y resistencia.
Bubba Watson y el campeón defensor Justin Thomas, que manejan mucha variedad de golpes, fueron dos de los que lograron domar al campo, aunque el liderato provisional, antes de arrancar el atrasado y recortado turno de tarde en el que debía jugar Rahm, seguía en poder de Tommy Fleetwood y Tom Hoge, con seis bajo par.
De todas formas, lo que ocurra en The Players este año es toda una incógnita porque para hoy se anuncia mucho frío, sobre todo para los que tengan que salir al campo bien pronto. El marcador solo refleja golpes, no las distintas condiciones en que se ha jugado desde el jueves, donde ya hubo una interrupción de cuatro horas largas. Jon Rahm, en teoría, ha salido beneficiado esta vez, pero ahora toca jugar bien y prolongar las buenas sensaciones del jueves.