El impacto mediático internacional del Tour de Francia es impresionante. Sus cifras abruman. No es de extrañar habida cuenta de que la carrera francesa constituye el principal evento deportivo que se celebra anualmente en el mundo del deporte. La ronda gala se ve en 190 países del mundo, más que cualquier otra competición a excepción de los Juegos y los Mundiales de fútbol, que se disputan cada cuatro años.

Decenas de millones de personas pegadas al televisor siguiendo la actuación de un grupo de ciclistas y de paso conociendo los lugares por los que transita. El mejor anuncio posible. Una campaña publicitaria sin parangón para Euskadi, punto de partida de la edición de la ronda gala de 2023. Bilbao será el punto de partida de la mejor carrera ciclista del mundo el 1 de julio, mientras que Gasteiz albergará la salida de la segunda etapa con final en Donostia y un día más tarde la prueba finalizará en Baiona tras partir de Amorebieta.

Todo un regalo. Y es que aunque los protagonistas directos son tan solo 176, ocho por cada uno de los 22 equipos presentes en la carrera, los datos oficiales cifran en cerca de 5.000 las personas que acompañan diariamente la carrera. Más de 3.000 periodistas acreditados, sin lugar a dudas el colectivo más numeroso, seguido de las 600 personas que trabajan en la caravana publicitaria y los cerca de 500 que forman la estructura que acompaña a cada equipo compuesta por mecánicos, auxiliares, masajistas, cocineros, directores, personal médico... Una mini ciudad ambulante. Todos ellos acompañados a buen seguro por miles de aficionados que se acercan a disfrutar del espectáculo que ofrece una carrera como la Gran Boucle.

Una legión que a buen seguro se convertirá en los mejores embajadores de las riquezas paisajísticas, culturales y gastronómicas de Euskadi. Desde el Ayuntamiento de Vitoria son conscientes de que la llegada del Tour a la capital alavesa constituye "una gran oportunidad para poner a nuestra ciudad en el mapa y exhibir su belleza", tal y como apunta Maider Etxebarria, primera teniente de alcalde y concejala de Promoción Económica, Empleo, Comercio y Turismo. "Siempre decimos que estamos orgullosos de Vitoria-Gasteiz y que es una ciudad perfecta para hacer deporte, para pasear o para visitar en familia. El Tour permitirá que el público de un evento internacional descubra nuestra ciudad. Y si ya la conoce, es posible que piense en redescubrirla", añade.

10 euros por cada uno invertido

Y es que en las instituciones vascas son conscientes de que la llegada del Tour supone una oportunidad excepcional que no solo sitúa a Euskadi en el foco del deporte a nivel internacional con una exposición mediática a nivel mundial sino que también supone un negocio redondo con un impacto económico estimado que multiplica por diez la inversión realizada entre el impacto económico directo e indirecto.

De momento, desde el Consistorio gasteiztarra no han realizado cálculos sobre el retorno económico que podría dejar el Tour de Francia en las arcas municipales ya que a estas alturas "es muy difícil hacer una estimación de este tipo". De todos modos, de lo que Maider Etxebarria no alberga duda alguna es de que la llegada de la carrera francesa supondrá un fuerte empujón económico para la economía local. "Cualquier gran evento, sea un congreso, una feria o una gran prueba de este tipo, puede tener un impacto positivo en el comercio, los restaurantes o los hoteles".

Así es. No hay más que ver lo que ha sucedido en años anteriores con las ciudades que han acogido el Tour de Francia. Düsseldorf, punto de partida del Tour de 2017, y Bruselas, sede en la edición de 2019, estimaron en unos 60 millones de euros el impacto económico directo de acoger la gran départ y en unos 30 millones más en valor mediático debido a la exposición internacional de la ciudad y su región.

Hostelería, hoteles

Retrocediendo aún más en el tiempo se pueden encontrar ciudades que han visto cómo su inversión por acoger la carrera se multiplicaba exponencialmente. Ahí está el caso de la región de Yorkshire, que logró la friolera de 120 millones de impacto económico total en la zona, a los que hay que añadir otros 10 millones de beneficio en cuanto al alojamiento y la hostelería en la ciudad de York. De hecho, esta pequeña urbe similar a Gasteiz y con una población de 220.000 habitantes albergó a 160.000 visitantes durante los dos días que el Tour transitó esta zona de Inglaterra en 2014.

Es el regalo que hace el Tour allá por donde pasa. El mastodonte francés moviliza a una ciudad trashumante durante su marcha y ésta deja importantes beneficios. El director de la carrera francesa ya lo expuso en una entrevista a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. "Son 5.000 personas las que mueve una Grand DépartÚnicamente desde la organización hacemos una reserva de 1.800 camas en la ciudad en la que estemos. Desde una semana antes de que comience la carrera la gente empieza a llegar. Son entre 5 y 7 noches para 3.000 o 4.000 personas. Además, vendrá gente a ver la carrera por la belleza que tiene el País Vasco", expuso Prudhomme.

Es ahí donde Vitoria espera sacar un beneficio a futuro. Y es que, más allá del impacto económico que revierta en la ciudad por el paso de la carrera, el Tour supone un escaparate a nivel internacional que promocionará la capital alavesa en todos los rincones del planeta. "Confiamos en que Vitoria-Gasteiz acapare todas las miradas y que eso beneficie al sector turístico, del que dependen muchas familias", apuntó Maider Etxebarria.

imagen a trasladar de gasteiz

Desde el Departamento de Comercio y Turismo del Consistorio gasteiztarra confían en trasladar una imagen de "ciudad sostenible, vinculada desde hace décadas al mundo de la bicicleta y perfecta para hacer deporte. Una ciudad que exhibe su Anillo Verde y que hace diez años fue designada Green Capital porque sorprende por naturaleza".

Eso sí, albergar la salida del Tour y disfrutar de un espectáculo tan lucrativo no saldrá gratis. Las instituciones vascas han desembolsado 12 millones de euros para acoger los tres primeros días de carrera. Gobierno vasco, las tres diputaciones forales y los ayuntamientos asumen dicho coste. El Ejecutivo autonómico es el que afronta la mayor parte del gasto, asumiendo el 75%, unos 9 millones, mientras que consistorios y diputaciones abonarán 760.000 euros cada uno.

Vistos los precedentes recientes queda claro que no es una mala inversión. Y es que de cumplirse las cifras que manejan distintos estudios especializados, el desembolso de 12 millones de euros se quedaría en nada si llegan 120. Sin duda, un rendimiento económico más que rentable y beneficioso. Es el regalo del Tour, una carrera ciclista única.