En el barrizal de Elorrio, convertido el circuito del Elorrioko Basqueland Ziklokrosa en un lodazal, levitó feliz la figura de Felipe Orts. El alicantino, rostro enmascarado por el fango, sonrió otra victoria. La cuarta en ese escenario. Alfarero de sí mismo, mandó alzar un monumento de arcilla con la pericia de los grandes artistas. Escultural. Recitó Orts un monólogo, un soliloquio sobre un piso resbaladizo, repleto de légamo, que supuraba agua y sudor. Transitó el campeón de España por los surcos que el mismo deletreó. Un recital. Él era la huella, el guía que iluminó la matinal de Elorrio, atrapado por el temporal de estos días: viento, lluvia, frío.
Ese fue el sitio del recreo de Orts, inaccesible para el resto. Sus rivales asistieron a una exhibición colosal del alicantino, varios cuerpos por encima del resto. A cada giro, Orts certificó aún más su superioridad. Sumó su cuarto triunfo en Elorrio con un crono de 1h07:06. David van der Poel (Alpecin) buscó lo imposible. Fue segundo el neerlandés a 2:03 de Orts, que liquidó la carrera por la vía rápida. Luke Verburg (Pauwels) completó el podio en Elorrio, a 2:19 del alicantino, intratable. Gorka Izagirre (Astana), vencedor en Abadiño y Ametzaga de Zuia, fue el primer vasco. Tardó 5 minutos más que Orts en completar la prueba, durísima debido al estado del terreno.
La tempestad que abraza Euskal Herria evitó derramar más lluvia en la matinal. Sin embargo, no hubo paz para los ciclocrossistas que transitaron un calvario de barro. En su afán por seguir a Orts, en el giro inicial, cuando aún no se había desmembrado la carrera, el neerlandés se estrelló con la prosa de la realidad. Se fue al suelo en un giro. El barro le engulló. Orts, que estaba emparejado con el nieto no famoso de Poulidor, dinamitó la carrera. Llanero solitario. A partir de ese momento, completó una carrera sin mácula.
No hubo fisuras en la puesta en escena del mejor especialista estatal. Dominó todos los tramos: los técnicos, las bajadas y la tirada larga. Nadie se le aproximó. El alicantino salió del plano del debate. Su subió a un pedestal y observó la carrera desde las alturas, en una plano cenital. A su espalda, la nada, y después, el esfuerzo de Van der Poel y Luke Verburg, que perseguían a ciegas. Sin perspectiva. Necesitaban prismáticos para situarle. Solo les quedaba la trazada que quedaba grabada en el limo. Ese era el único vestigio. El testigo de su andadura.
Lejos de la excelencia y destreza de Orts, -a otro nivel tanto sobre la bici como pateando y realizando ejercicios de funambulista para no descabalgar- en el barrio del sufrimiento, pelearon Ismael Esteban (Logos Energía) y Kevin Suárez (Nesta), cuarto y quinto, respectivamente. Lucha entre cántabros. En el padecimiento rodó Aitor Hernández (Specialized). Campeón en Elorrio en 2014, podio en 2016, 2017 y 2018, tuvo que dar por buena la 13ª plaza, a más de siete minutos de Orts. Por delante del ermuarra se clasificaron Jonathan Lastra (Caja Rural), décimo y Ion Izagirre (Astana), 11º, dos ruteros a los que les entusiasma chapotear en la especialidad. En el barro, Orts reinó de punta a punta. Felipe IV de Elorrio.OLIVIA ONESTI MANDA EN FÉMINAS
En féminas, la francesa Olivia Onesti cumplió punto por punto con lo que determinaba su estatus. Era la favorita y no falló en la prueba internacional de Elorrio. Onesti dominó la carrera con enorme solvencia. La ciclista gala obtuvo un triunfo convincente por delante de Lucía González, a 1:33, Amelie Laquebe, Joyce Vanderbeken y la líder de la Copa de España, Aida Nuño, está última a 3:46 de la ciclocrossista francesa, que no encontró rival una vez alcanzó la velocidad de crucero.