a Copa Davis será desde este jueves la traca final de un año extenuante en el tenis, que ni siquiera en sus últimas semanas ha podido escapar de la sombra de la pandemia que obligó a cancelarla en 2020. Será la segunda edición del nuevo formato de concentración ideado por Gerard Piqué y su empresa Kosmos y, al contrario de la primera, la primera fase se repartirá en tres sedes, Madrid, Innsbruck y Turín, porque hace dos años no hubo manera de encajar todos los partidos de un torneo con 18 selecciones sin meterse en horarios intempestivos. Pero en la ciudad austriaca, donde se concentra un grupo interesante por la presencia de Serbia y Novak Djokovic, se jugará sin público porque justo ayer el país entró en confinamiento.
El torneo se ha visto afectado por las ausencias de varios de los mejores jugadores del mundo, sobre todo la de Alexander Zverev, maestro desde el domingo que se ha cogido ya las vacaciones. Tampoco estarán los lesionados Rafa Nadal y Dominic Thiem, algo que ya se sabía desde hace semanas. Matteo Berrettini, lesionado en las Finales ATP, ha sido baja de última hora. En este contexto, la presencia de Djokovic, Medvedev, Rublev y Sinner hace a sus equipos favoritos. España defiende título desde el Madrid Arena, donde debe medirse en primera instancia a Ecuador el viernes y Rusia el domingo.
Sin Nadal, la atracción es Carlos Alcaraz, al que le llega su primer reto de altura. El joven murciano se impuso en la Next Gen y ahora se erige en el principal elemento del equipo que capitanea Sergi Bruguera ya que a estas alturas del año parece en mejor forma que Roberto Bautista y Pablo Carreño, los dos veteranos que en teoría deben cargar con la responsabilidad. Pero Alcaraz pretende que si le toca jugar “mi rival sienta un poco de miedo”. Aún se discute si hacerle cargar con el peso del equipo, pero el chaval está dispuesto a aportar “frescura y un poco de inocencia”.
Ecuador parte como clara víctima, pero Rusia es, quizás, la gran candidata a la Ensaladera. Los primeros de los seis grupos pasan a cuartos de final con los dos mejores segundos y España debe estar en las eliminatorias. Suecia, Canadá y Kazajistán forman el otro grupo de Madrid, bastante incierto porque los norteamericanos, subcampeones en 2019, se presentan sin Shapovalov y Auger-Alliasime, sus dos estrellas jóvenes.
En Innsbruck jugarán por un lado Serbia, Austria y Alemania. Los balcánicos presentan todo lo que tienen y también quieren llegar hasta el final, aunque la última experiencia de Djokovic jugando para su país en Tokio no acabó de forma satisfactoria. Sin Zverev, los germanos bajan mucho, lo mismo que los anfitriones de esta sede sin Thiem. En el otro grupo están Croacia, con Cilic y la durísima pareja Mektic-Pavic, la rocosa Australia y Hungría, que tiene pocas opciones.
Por último, en Turín, Italia confía en hacer valer el factor público y la prestancia de un equipo muy joven con Sinner, Sonego y Mussetti. El veterano Fabio Fognini estará para lo que haga falta y si juega, será duro de roer. Estados Unidos tiene cosas que decir en esta Copa Davis ya que ha reunido a sus dos tallos, John Isner y Reilly Opelka, para dominar desde el saque, al más completo Taylor Fritz y a dos buenos doblistas como Jack Sock y Rajeev Ram. Colombia no tiene nada que perder, pero no le alcanza solo con la excelente pareja Farah-Cabal.
Francia, el gran opositor a este formato de la Copa Davis, acude con un equipo rejuvenecido sin sus figuras de años atrás, aunque el líder será Richard Gasquet, lejos de su mejor momento. Pero los galos tienen la baza de los ganadores de las Finales ATP de dobles, Mahut-Herbert. Gran Bretaña confía en el buen momento de Cameron Norrie, una de las revelaciones del año, y la brega de Daniel Evans mientras que la República Checa llega con un equipo casi desconocido al máximo nivel.