l BM Bilbao Atletismo tiene este domingo uno de sus grandes retos de la temporada. El Campeonato de España de campo a través se celebra en el prestigioso circuito de Itálica en Santiponce y las bilbaínas llegan con el complicado objetivo de sumar un entorchado más pese a las bajas que asolan al equipo. Para este reto el club ha decidido contar con Elena Loyo (Murgia, 1983).
La alavesa participa en esta cita después de haber vivido uno de los años más bonitos de su trayectoria deportiva al competir en el maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio, en el que finalizó en el puesto 29, siendo la primera atleta estatal y la décima europea. Ahora, busca mejorar sus marcas para continuar viviendo experiencias como la cita olímpica.
Pero el primer reto de Loyo está lejos del maratón y el asfalto. Es tiempo de cross y su club, el BM Bilbao Atletismo, tiene una complicada tarea el domingo en Itálica. “De todos los años en los que he estado en el equipo, creo que este es el más complicado. Los otros equipos están fuertes, algo que no es una novedad, pero en nuestro caso ha habido bastantes bajas por lesión y eso ha bajado el rendimiento del equipo”, declara la alavesa. La renovación del calendario, con el cambio de fechas de la temporada de campo a través, no ha pillado bien al club bilbaíno. Con el equipo entre algodones y obligado a formar un grupo sin sus mejores puntales, el conjunto vizcaíno no reniega de la lucha y saldrá a por el primer puesto para mantener su dominio en el cross estatal.
Conseguir el oro en el estatal de cross sería otra muesca más para Loyo en su gran año. La atleta de Murgia consiguió el objetivo de estar en los Juegos Olímpicos, un reto soñado, pero que no parecía alcanzable hace no tanto tiempo. “No llevaba mucho tiempo persiguiéndolo porque no creía que podía estar entre mis objetivos. Hace solo seis años que empecé a entrenar con Martín Fiz y si me dicen que iba a luchar por unos Juegos Olímpicos, me hubiera descojonado”, comenta. Pero lo hizo. Luchó por ellos y se ganó una plaza en el maratón. Fue un momento de alegría, aunque cuando sonó el pistoletazo de salida, la concentración dominó sus sentimientos. “Sabes que es una prueba muy especial, pero al mismo tiempo tienes que concentrarte. No puedes despistarte y hay que bajar los pies al suelo. Sabía que iba a ser una competición muy dura y estuve muy concentrada. No me relaje casi hasta el último metro”, añade.
La mano de martín Fiz En el cambio de Loyo, una de las personas fundamentales fue su entrenador, el exmaratoniano Martín Fiz. Fue clave en el despertar de su potencial y en hacerle creer que los Juegos Olímpicos podían pasar de ser un sueño irreal a un objetivo. “Antes entrenaba a mi aire, como cualquier persona que se pone unas zapatillas y sale tres o cuatro veces a la semana y entrenar con Martín fue un paso de gigante. Primero porque empece a entrenar debidamente y luego porque el entrenador era Martín y si ese pedazo de atleta me entrenaba, me llenaba de orgullo y me daba ganas de devolverle con los mejores resultados que tenga. Además un entrenador como él te hace soñar a lo grande”, afirma.
Las marcas mejoraron poco a poco, se consolidó en la élite del maratón estatal y consiguió un billete para los Juegos. Sin embargo, el viaje de Loyo no termina ahí y quiere seguir trabajando para mejorar: “No he cambiado mucho la mentalidad por llegar a los Juegos, la esencia sigue siendo la misma. No puedes cambiar por lo que has hecho porque cuando te despistas viene el vecino y te pasa. Quiero seguir con esta dinámica que me gusta, con motivación y poniéndome retos”.
Loyo finalizó en el puesto 29 en el exigente maratón de los últimos Juegos Olímpicos, siendo la mejor competidora estatal
“No puedes cambiar por lo que has hecho porque cuando te despistas viene el vecino y te pasa; seguiré con esta dinámica”, asegura