ubo un tiempo, allá por finales del Siglo XX, en el que consideraban en Inglaterra que el desembarco de extranjeros corrompía su fútbol. Con los foráneos se perdía la pureza y también los buenos modales, el fair play. Había recelo. En paralelo, la selección inglesa prolongaba su árido recorrido por las competiciones, sobre lo cual muchos explicaban que se debía a que los procedentes del otro lado de las fronteras impedían el desarrollo del talento local. Aseguraban que los forasteros suponían un tapón para los trabajos de formación y cantera, y que esto tenía su impacto directo en el combinado nacional, que no disputaba la final de un gran torneo desde 1966, hasta que llegó la reciente Eurocopa. Los tiempos han cambiado, porque poderoso caballero es don Dinero, que aproxima los éxitos deportivos. Ahora el país recibe de brazos abiertos la importación, y lo hace por diversos cauces.

Los jugadores extranjeros en la Premier League representan el 63,7% del total -332 de los 551 futbolistas-, según recoge Transfermarkt. Por ejemplo, el actual campeón, el Manchester City, únicamente posee seis jugadores con la nacionalidad inglesa, siendo dos de ellos nacidos fuera del país aunque poseedores de pasaporte inglés.

La liga inglesa recluta jugadores y también entrenadores. De los veinte equipos que componen el campeonato doméstico, solo cuatro cuentan en sus banquillos con técnicos ingleses: Burnley (Sean Dyche), Aston Villa (Dean Smith), Brighton (Graham Potter) y Newcastle (Steve Bruce).

Además de la captación de talento y conocimientos, la Premier también ha incrementado su músculo financiero con el aterrizaje de nuevos propietarios para sus clubes, quienes encuentran en esta competición un atractivo escenario para dar rienda a la afición por el balón o la notoriedad.

La liga inglesa es la más relevante a nivel de seguimiento y presupuesto. Teniendo en cuenta datos prepandémicos, estos arrojan que en la temporada 2018-19 la audiencia acumulada de los partidos fue de 1.350 millones de espectadores de 188 países distintos. Este interés es la razón de que el fútbol inglés goce del mayor poderío económico. Hay que tener en cuenta que los ingresos procedentes de la venta de los derechos de retransmisión son la principal fuente de los clubes. En esa misma citada campaña, la Premier cosechó por este concepto, tal y como informa Deloitte, 5.900 millones de euros, a diferencia de los 3.400 de la liga española, la segunda que más recauda, o los 3.300 de la liga alemana. Con más dinero, la posibilidad de incrementar el nivel competitivo aumenta. Y si la calidad de fútbol inglés sube el listón, también crece el atractivo de la competición, por lo que surgen nuevas oportunidades para seguir atrayendo inversores. Una prueba del resultado de este ciclo de crecimiento podría ser, si se quiere considerar así, que los dos finalistas de la pasada edición de la Champions League, la competición más importante a nivel de clubes, fueron equipos ingleses, el Manchester City y el Chelsea. Este ultimo, el campeón, presenta actualmente en sus filas a nueve futbolistas ingleses, de los cuales seis cuentan con doble nacionalidad.

El escaparate que es la Premier resulta un atractivo para el capital extranjero. En la actualidad, dieciséis de sus veinte clubes son completa o parcialmente propiedad de particulares o de fondos de inversión extranjeros. Tottenham, Brighton, Brentford y Norwich son las excepciones, siendo estos dos últimos novedosos en la máxima categoría. El tercer recién ascendido a la élite, el Burnley, fue vendido al grupo de inversión estadounidense ALK Capital el pasado enero. El localismo es un oasis en Inglaterra.

El caso más reciente es el Newcastle. La venta de este club con 128 años de historia y que vivió entre 1904 y 1910 su época más gloriosa, conquistando una FA Cup y tres títulos de liga, ha dado la vuelta al planeta. Es el nuevo rico del fútbol. Y a su vez, el más rico de todos. La entidad de Las Urracas ha sido adquirida por Public Investment Fund, un fondo de inversión de la familia real de Arabia Saudí, que ha desembolsado cerca de 353 millones de euros. Con esta operación, el Newcastle se ha convertido en el club con el dueño más poderoso del fútbol. La cabeza visible de la compra es el príncipe Mohammed bin Salman, futuro mandatario saudí cuya fortuna se estima en cerca de 320.000 millones de euros. Con su llegada, la Premier ya alberga a cinco de los diez clubes más poderosos del fútbol a tenor del patrimonio de sus dueños (Newcastle, Manchester City, Chelsea, Arsenal y Wolverhampton).

Hasta la compra del Newcastle, que fue celebrada por los aficionados como si hubieran conquistado un título, el Manchester City era el club con el propietario más acaudalado. Mansour bin Zayed Nahyan, ministro de asuntos presidenciales de los Emiratos Árabes Unidos, posee una fortuna cifrada en 23.000 millones. Su inversión ha permitido al equipo que dirige Pep Guardiola conquistar tres de las cuatro últimas ligas inglesas y alcanzar la pasada final de la Champions. En este caso, el dinero ha terminado trayendo el éxito. Sobre rentabilidad, el gasto bien puede entenderse como la apuesta por un hobby.

Como sucede con la llegada de cada adinerado a un club, comienzan las especulaciones sobre los movimientos que realizará el Newcastle. Por de pronto y según The Telegraph, de los 200 millones que puede gastar en fichajes, solo invertirá un máximo de 60 en la próxima ventana de invierno. Es decir, la reconstrucción del equipo se ejecutará con calma. Si bien, ya se asocia a nombres como Zidane, Conte, Lampard, Gerard o Rodgers para el banquillo o los de jugadores como Sterling, Coutinho, Rabiot, Icardi, Lingard o Delle Alli para reforzar al once. Sea como fuere, las raíces de un fútbol que siempre mostró su orgullo y sentimiento de pertenencia se están olvidando. La Premier se deslocaliza, pierde su acento.

Clubes con mayor potencial económico

En la Premier el 63% de los futbolistas son extranjeros, únicamente cuatro técnicos son locales y solo hay cuatro propietarios que son ingleses

El Newcastle es la última adquisición de capital extranjero, haciendo del club el más poderoso del mundo a nivel económico