Unai Laso tiene una velocidad especial. No se le notan las esquirlas de una semana ajetreada: jugó el jueves mano a mano contra Altuna III, el sábado en Irurtzun y este domingo como suplente de Jokin en el Masters. Además, tiene partido este lunes en Elgoibar en sustitución de Peio Etxeberria. Tres compromisos en 72 horas. Dos de ellos, en el rol de sustituto dentro del Masters veraniego, ambos ocupando el hueco de delanteros de Aspe, a pesar de que en el Reglamento es nítido que en caso de lesión tiene que haber suplencia de la misma empresa. De acuerdo, Laso está a un nivel monumental y es impepinable que su sitio está en el Masters, pero su inclusión, incumpliendo con alevosía las reglas del juego pactadas por la Liga de Empresas -es decir, las operadoras Aspe y Baiko Pilota-, deja dos lecturas: que Baiko cometió un error manifiesto al no alinearle como titular, visto su nivel y su tirón en las gradas, y que Aspe manda un recado a los delanteros que no entraron en el torneo estival. En esta sexta jornada, con tres de sus cuatro titulares en barbecho por lesión -Altuna III, Elezkano II y Peio Etxeberria-, la marca de Eibar ha optado por Víctor en lugar de Danel y las otras dos suplencias han recaído en el de Bizkarreta-Gerendiain, cuyo rendimiento, no obstante, es impecable: no ha perdido en sus tres choques en la labor de comodín.
La de este domingo fue otra de esas citas que llevan su nombre bordado en la solapa. Laso tiene una velocidad especial. Desde septiembre de 2020, mes en el que incomprensiblemente no se le ofreció un contrato acorde a su categoría -semifinalista del Cuatro y Medio y Parejas-, únicamente ha perdido dos encuentros pese a enrolarse en aficionados. Los dos, tras su regreso al campo profesional y contra Jokin Altuna en la jaula y mano a mano. El resto, victorias. El resto, chispa a raudales. De ahí que resulte inexplicable que quedara apeado de una competición necesitada de polos de atracción. Se vio el jueves: el desafío entre Altuna III y Laso, vendido como una revancha aunque no fuera nada de eso, concitó expectación en el frontón y en el mundo catódico. Es decir, todo un éxito.
Con todo, Laso se ha apoderado del partido del frontón Eztegara de Bera con la certeza de que sus manos están ungidas de un brillo especial. Su mixtura con Aitor Aranguren ha puesto a bailar a Mikel Urrutikoetxea e Iñigo Bikuña -suplente de Julen Martija, lesionado el sábado en Irurtzun-. El zaguero de Gros ha favorecido la caza del pelotari navarro, que ha abierto huecos muy pronto: 2-8. Agresivo y expeditivo, Laso ha tomado el mando tras unos tantos duros. A dentelladas: brillo, ritmo, acierto. ¡Detengan a ese chico!
La placidez de la distancia ha permitido a los azules controlar el partido. Solo ha habido zozobra con una tacada forjada por un Urrutikoetxea acertado cuando ya había dudas: del 9-17 al 14-17. Ha sido un parpadeo. Dos tantos de Aranguren y otros dos de Laso han resuelto. El 15-22 ha sido un gancho de Mikel a la chapa. Entrar en semis de modo directo se pone caro para el vizcaino.