- Simone Biles abandonó durante la jornada de ayer en los Juegos Olímpicos de Tokio la final de gimnasia artística por equipos femenina debido a "problemas mentales" y falta de confianza en sí misma. La víspera, la norteamericana reconocía en sus redes sociales sentir el peso del mundo sobre sus hombros. Y en su primera final dijo basta. "No somos sólo atletas. Somos personas al fin y al cabo y a veces hay que dar un paso atrás. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos. Es más importante la salud mental que el deporte", sentenció la gimnasta. Las estadounidenses, sin su líder, tuvieron que conformarse con la medalla de plata tras doce años invictas. Rusia conquistó el oro por primera vez y Gran Bretaña completó el podio.

Con su abandono, la mayor estrella de la gimnasia puso sobre la mesa uno de los grandes tabúes del deporte: la importancia del factor psicológico. "Tengo que centrarme en mi salud mental. Creo que la salud mental está más presente en el deporte ahora mismo y el hecho de que muchos atletas hablen ha sido de gran ayuda. Esto es tan grande... Son los Juegos Olímpicos", dijo la texana al concluir la competición. "Ya no confío tanto en mí misma. Realmente, siento que tengo el peso del mundo sobre mis hombros a veces", repitió ayer mismo la gimnasta, que tras su abandono dedicó unas palabras de ánimo a sus compañeras: "Habéis hecho todo el entrenamiento, podéis hacer esto sin mí, y estará bien". "Estoy muy orgullosa de ellas" concluyó Biles tras conquistar la presea de plata.

Biles cayó tras el primer ejercicio de la final, el de salto. La norteamericana, que no había perdido una competición desde 2010, obtuvo la peor nota entre sus compañeras estadounidenses, con un 13,766. Tras su fallo, intercambió miradas de desconcierto con sus entrenadores y abandonó el gimnasio Ariake acompañada del equipo médico. La noticia de su abandono era inminente. "Simone Biles se ha retirado de la competición final por equipos debido a un problema de salud. Será evaluada diariamente para determinar si tiene autorización médica para futuras competiciones", aseguraba el comunicado emitido por la Federación de Estados Unidos de Gimnasia escasos minutos después de que la texana regresase en chándal, dejando en el aire la participación de Biles en las finales individuales que tendrán lugar el próximo martes. "Después de la actuación que hice, no quería seguir. No quería salir y hacer algo estúpido y salir lesionada", recitó Biles al término de la competición. La estadounidense ya se mostraba tensa durante su estreno en los Juegos de Tokio el pasado domingo. No obtuvo la puntuación esperada en los ejercicios clasificatorios esa jornada, dentro de su nivel excepcional: fue primera en salto, pero se posicionó segunda en suelo y sexta en barra.

Por otro lado, Rusia se hizo con su primer oro en esta disciplina. Las europeas ya se habían adelantado a la selección estadounidense antes del abandono de Biles. Tras el primer ejercicio de salto, el que fue el último para la estrella de la competición, las rusas ya encabezaban la clasificación con 1,607 puntos de ventaja sobre las vigentes campeonas olímpicas. La diferencia aumentó considerablemente tras el paso por las asimétricas, aunque las estadounidenses pudieron recortar hasta quedarse a tan solo 800 milésimas después de disputar la prueba de barras, donde dos gimnastas rusas sufrieron caídas. La prueba de suelo determinó el podio. Jordan Chiles, sustituta de Biles, se salió del tapiz, eliminando las opciones estadounidenses de hacerse con el oro olímpico, desventaja que Rusia supo aprovechar para hacerse con su primera victoria.