Cuando el Alavés femenino perdió hace dos semanas en Ibaia, se desaprovechó unaoportunidad de oro para poder celebrar el ascenso junto a los suyos. O, al menos, esa fue lasensación de todos. Sin embargo, lo que nadie se imaginó es que sí que podría festejar el campeonato con sus aficionados. Y es que hasta más de 200 vitorianos se desplazaron ayer a Madrid para arropar a las Gloriosas en el partido más vital de su historia.

Las Gloriosas son de Primera

Las Gloriosas son de Primera

Aunque el partido comenzara a las 12.00 horas, alrededor de las 10.30 ya se podía apreciar por los alrededores de la ciudad deportiva a decenas de seguidores que esperaban con ansia a su equipo para recibirlas con una fuerte ovación. A diferencia de hace dos semanas en Vitoria, ayer el tiempo "achicharró" a los presentes con 32 grados y ni una sola sombra. Sin embargo, ni el calor pudo con el duodécimo futbolista que no desfalleció ni un minuto.El campo ya estaba bien decorado con bufandas y banderas albiazules y varias pancartas de apoyo para las jugadoras. Además, el público también estaba bien armado para el duelo con un megáfono, un bombo y un altavoz de música. Tampoco faltó la broma en referencia a Celedón y varios presentes abrieron su respectivo paraguas para protegerse del sol.

En cuanto los aficionados se colocaron en sus respectivos asientos, la música y el buen ambiente reinó en Alcalá de Henares. Es más, incluso el partido arrancó con unos cinco minutos de retraso, algo que solo animó aún más al público para cantar. En la grada no solo se encontraban los incondicionales albiazules, sino que en el palco también estuvieron el presidente del Deportivo Alavés, Alfonso Fernández de Trocóniz, acompañado de Luis Querejeta y el presidente de la Federación alavesa, Kepa Arrieta.

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Las Gloriosas son de Primera

A lo largo del partido se escucharon multitud de cánticos como "hiru, hiru" cuando los aficionados pedían ya el tercer tanto para sentenciar el duelo, también "illa, illa, las Gloriosas maravilla", o "sí, sí, sí ganamos en Madrid". Lógicamente tampoco faltó el tan mítico "campeonas, campeonas".

Como suele pasar en todas las aficiones, el público siempre tiene su ojito derecho y está claro que Vera es una de las favoritas. Prueba de ello es que varios cánticos tuvieron como destinatarios a ella y a Gaizka, el entrenador de porteras. La guardameta Cris, un seguro durante toda la temporada, también tuvo su ración de elogios.En el descanso del encuentro, las jugadoras aprovecharon para hidratarse y descansar, algo que no hicieron los aficionados albiazules, a quienes habría que preguntarles de dónde sacan su resistencia, ya que durante esos 15 minutos tampoco pararon de animar para que las Gloriosas escucharan su apoyo.

Al margen del buen ambiente que se generó ayer en Ibaia, perdón en el Wanda, ayer la afición fue más que nunca la jugadora número 12. Y es que en la recta final, cuando a causa del calor y del cansancio las piernas ya no respondían, fueron ellos los que dieron un empujón imprescindible para resistir hasta la victoria.

Las Gloriosas son una familia y la hinchada también forma parte de ella. No solo porque la pancarta de las jugadoras lo dijera, sino también porque la celebración se hizo con todos ellos en la grada. En definitiva, la conclusión fue clara: la afición respondió una vez más para que el Centro Deportivo Wanda se disfrazara de albiazul.