- La temporada 2020-21 ha sido posiblemente la más complicada para el Gaztedi en el ámbito extradeportivo y, paradójicamente, una de las más fructíferas sobre el césped. Las dificultades económicas y organizativas causadas por la pandemia han puesto en jaque al rugby alavés, que ha vivido un curso atípico, cargado de tensión, incertidumbre y, sobre todo, mucho trabajo. Finalmente, el club no solo ha logrado sobrevivir, sino que llegó a la última jornada de la División de Honor B con opciones matemáticas de entrar en la fase de ascenso a la máxima categoría. El presidente del Gaztedi, Moisés San Mateos, que ha vivido este año rodeado de documentos, decretos y protocolos, repasa para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA lo que la temporada ha dado de sí para la entidad rojinegra.
¿Qué valoración hace de la campaña 2020-21?
-La temporada comenzó con mucha incertidumbre. Por un lado, en el aspecto deportivo, no sabíamos con qué jugadores íbamos a poder contar, porque muchos no se han hecho ficha o no han entrenado por el covid-19. Por otro lado, en el aspecto económico, había dudas de que pudiéramos jugar en categoría nacional con todo el gasto que ello implica. Lo que más nos preocupaba, sin embargo, era cuidar las categorías inferiores y a todos los niños y niñas que vienen por debajo, y hemos tenido que hacer un gran esfuerzo para mantenerlos enganchados. Al final, la temporada ha sido un éxito en lo deportivo para el equipo masculino sénior de División de Honor B y para el femenino también ha sido un gran año, no tanto en cuanto a resultados como en cuanto a la participación, ya que se han enganchado muchas jugadoras nuevas.
¿Qué hay de la cantera?
-El esfuerzo que se lleva haciendo los últimos años se está empezando a ver reflejado en el primer equipo. De hecho, Rayane y Mikel han sido convocados con la selección española sub-20. También ha sido un buen año en la academia sub-16 y sub-18, hemos conseguido mantener la participación e incorporar a nuevos chavales. Lo mismo en la escuela. Es evidente que el trabajo de los entrenadores está resultando ser atractivo para los que se incorporan a las categorías inferiores. Para los niños ha tenido que ser frustrante tener que dejar de entrenar cada vez que cambiaba la normativa y se ha intentado engancharlos desde casa con vídeos, juegos o retos con rollos de papel para que se siguieran sintiendo partícipes.
¿Cuando empezó la temporada se esperaban llegar a la última jornada con opciones de entrar en el 'play off' de ascenso?
-Para nada. El objetivo era ganar experiencia dentro de la categoría y pelear por la salvación. Nos hemos encontrado con que tenemos un equipo muy unido y esa cohesión la notamos dentro del vestuario. Hay muy buen rollo entre los jugadores y el cuerpo técnico y creo que eso, unido al gran trabajo que se ha hecho y a la confianza en ellos mismos, ha sido la clave para que la campaña fuera tan positiva.
¿Cómo ha sido para usted gestionar una temporada tan atípica?
-Una locura, yo personalmente he terminado agotado, física y mentalmente. Hemos vivido en una incertidumbre constante y cada semana estaba intranquilo por si aparecía algún caso positivo de covid-19 en las PCR. A los nervios de todos los años por los resultados deportivos, se ha sumado el desgaste propio de la pandemia y la inestabilidad económica. Los patrocinadores que nos apoyan otros años están tan fastidiados como nosotros y hay que entender que no todo el mundo llega a lo que le gustaría. Hemos tenido que apretar bastante el presupuesto. En cualquier caso, estamos muy agradecidos tanto a los que han seguido aportando lo mismo como a los que este año han aportado menos o no han podido seguir apoyándonos.
En el ámbito deportivo han logrado darle esquinazo al virus.
-La verdad es que sí. Somos de los pocos equipos, tanto masculinos como femeninos, que no han tenido ningún caso de contagiados dentro del equipo. Esto se debe principalmente a tres factores: la suerte, el buen trabajo de los responsables de covid-19 y la responsabilidad individual de los jugadores. Tanto los médicos como los encargados de cada categoría de controlar el aforo, tomar temperaturas o desinfectar el material, entre otras tareas, han realizado una labor excelente. En cuanto a los jugadores, pasan cada semana siete horas y media entrenando y luego juegan el fin de semana, pero el resto de tiempo están en su casa. Son ellos los encargados de respetar la normativa y evitar contagios y lo han hecho. No ha sido para nada fácil; a nadie le gusta, por ejemplo, estar durante todos los viajes que hacemos en autobús con la mascarilla FFP2 puesta.
¿Cómo ha sido disputar los partidos a puerta cerrada?
-Ha sido duro, ya no solo porque hemos tenido que encontrar la forma de que los aficionados pudieran ver los partidos por internet, sino porque se ha perdido el contacto entre los niños y el primer equipo. Los chavales necesitan referentes en los que fijarse, sentirse parte del club, y eso se consigue cuando van a ver los partidos de los equipos sénior y están junto a ellos. Espero que recuperemos pronto esa interacción y que esas 2.000 personas que nos han visto desde casa puedan animarnos desde la grada. Agradecemos mucho su apoyo.
¿Ha empezado a trabajar ya en la próxima temporada?
-Desde el momento en el que terminó el último partido estamos trabajando ya en lo que viene. La mayoría de nuestros jugadores son amateur, siempre hay bajas por motivos laborales, estudios, Erasmus... Hay que empezar a construir la plantilla desde ya y comenzar a buscar patrocinadores y recursos económicos para poder sobrevivir, sin dejar de lado nuestra labor social.
¿Cuál será el objetivo?
-Va a seguir siendo el mismo: conseguir la permanencia y ganar experiencia en la categoría. Lo que más me ha gustado de este año es que el equipo ha creído que podía ganar a cualquiera y conseguir el ascenso hasta el último partido. Ojalá seguir soñando una temporada más.
"Ha habido que apretar el presupuesto, los 'sponsors' están tan fastidiados como nosotros, es lógico "
"Lo que más me preocupaba era cuidar a los niños y niñas de categorías inferiores y mantenerlos enganchados"