En este comienzo de curso se está acentuando el ciclismo de ataques lejanos, menos controlado, más valiente.
—Sí, ya desde el año pasado, desde que volvimos a la competición después del confinamiento, se ha corrido más agresivo, como si cada carrera fuese la última. Este principio de temporada ha llegado muy seguido y se sigue de la misma manera.
Hagamos un ejercicio de imaginación. Tiene usted 22 años y debuta como profesional. ¿También correría como si no hubiera mañana?
—Seguro que sí. Cuando yo pasé a profesionales no teníamos nada que hacer cuando los corredores top apretaban. Se iba más tranquilo hasta que apretaban al final y te quedabas sin haberlo dado todo. Era tal la velocidad que no éramos capaces de aguantar mucho tiempo. Si nos hubiésemos planteado correr como se hace ahora, habríamos hecho algo más.
¿Qué le parece la irrupción de los nuevos prodigios?
—A mí me parece buenísimo para el ciclismo porque está enganchado a mucha gente. A los que ya seguían el ciclismo les está haciendo más fieles aún. Creo que está ayudando a abrir la mentalidad. A la gente de aquí igual le gustaba más el ciclismo de tres semanas, el de las grandes vueltas, pero también empiezan a degustar más las clásicas. Y también ocurre a la inversa. Se está ampliando el abanico de favoritos.
Fue cuarto en la pasada edición del Tour, pero su gran objetivo es el Giro. ¿Por qué?
—El Giro me ha gustado siempre. Es una carrera que se me adapta bien. Como otros años he visto que es compatible con el Tour o con la Vuelta, he decidido poner mi primer objetivo ahí. Quiero volver al podio y eso siempre es complicado. Creo que hay una buena oportunidad y el equipo así lo cree también.
Tras el Giro, ¿cuál es su idea?
—La idea inicial era hacer el Tour, pero a día de hoy no sabemos si iremos al Tour o a la Vuelta. El equipo me ha planteado que me concentre solo en el Giro y después nos replantearemos el calendario. Lo único seguro es que iré a los Juegos Olímpicos, que es una carrera muy bonita, y quiero hacerlo bien.
La Grand Départ del Tour 2023 será en Bilbao y tres etapas discurrirán por suelo vasco. Un acontecimiento para Euskadi.
—Eso es la hostia. Es buenísimo para el ciclismo. Que el Tour salga de Bilbao es una pasada y que la carrera pase tres días por Euskadi es para estar de enhorabuena. Estoy superconteto de poder vivirlo como corredor. El trabajo realizado desde las instituciones a modo de apuesta es una gran noticia.
Se imagina ya en 2023.
—Claro. Correr el Tour en casa tiene que ser genial. Es perfecto que empiece aquí. Esperemos que sea un año en el que el público pueda estar en la carretera como antes y que lo disfrutemos mucho entre todos.