Javier Landeta (Leioa, 5-III-1959) está convencido de que su proyecto para presidir la Federación Vasca de Fútbol está avalado por su experiencia en la gestión de clubes, especialmente del Leioa, del que es el máximo mandatario y cuyo cargo debería dejar en caso de salir elegido el lunes.

¿Qué le ha motivado para dar el paso a presentar su candidatura a la presidencia de la Vasca?

—Son ganas de contribuir a la evolución del fútbol vasco, desde la experiencia que tenemos desde hace muchos años de movernos en el fútbol base, en la gestión de clubes, a través de un proyecto de país. Es también un ejercicio de responsabilidad con un proyecto que creemos es muy atractivo. La idea es que la Federación vaya evolucionando, con un equipo en el que todos conocemos la realidad del fútbol base y creemos que podemos aportar mucho desde nuestra experiencia.

¿Qué ofrece su candidatura?

—Mi candidatura es un gran aval con la experiencia ya demostrada en trabajar en el fútbol vasco, desde la base hasta la Segunda División B. Tenemos un gran equipo, con la capacidad muy grande para poder hacer evolucionar la Federación. El fútbol es nuestra pasión y hemos dedicado muchos años a este deporte, conscientes de lo que puede aportar este proyecto aglutinador desde los tres territorios para adaptar la Federación al año 21 del siglo XXI.

Hace mención a su experiencia en la gestión, sobre todo al frente del Leioa. ¿Le pone en ventaja respecto a la candidatura que encabeza Koikili Lertxundi?

—Respeto muchísimo lo que tenga el otro candidato. Lo que puedo decir es que nosotros podemos plantear esa gran experiencia que tenemos en la gestión, desde estar 30 años poniendo las redes en los campos de fútbol para que jueguen los niños hasta la gestión de siete años como presidente de un club de Segunda B. Creo que es un aval muy importante y estos años nos han dado una capacidad de interlocución a niveles muy altos, además nos han aportado una gran experiencia, ya que soy el representante de los clubes vascos de Segunda B. Estamos curtidos en esa faceta.

Koikili ha admitido que le ofreció su mano para pactar una candidatura conjunta. ¿Por qué lo rechazó?

—Las reuniones privadas que hayamos podido tener se tienen que quedar en ese ámbito privado. No es responsable hablar sobre ellas, por discreción y respecto propio y a los demás. Formamos una candidatura muy concreta, con mucha ilusión, con mucha experiencia, y solo puedo agradecer a los integrantes de mi equipo por quererse unir a este proyecto.

¿Se ve favorito?

—No. Hay dos candidaturas que están trabajando por lograr la victoria el lunes, no sería lógico hablar de favoritos.

Conoce de primera mano el entramado del fútbol vizcaino. ¿El voto de este Territorio será decisivo?

—Será determinante el de los tres territorios. Es verdad que, como están a día de hoy las proporciones, Bizkaia sí puede ser más determinante, pero no se puede hablar de un solo voto territorial, porque hay 125 votos de entidades diferentes y lo determinante será lo que vote la mayoría.

¿Qué ha podido detectar en sus conversaciones en Araba y Gipuzkoa?

—He podido detectar mucho interés por las elecciones y también ilusión por la nueva Junta Directiva que pueda salir. He recepcionado una buena reflexión de nuestro programa por parte de los asambleístas.

En su plancha asoman varios integrantes de la actual Junta Directiva de la Federación Vizcaina que preside Iñaki Gómez Mardones. ¿Se trata de una candidatura continuista, incluso afín a Mardones?

—En mi plancha asoman miembros de la Junta Directiva de la Vizcaina, de la Guipuzcoana y de la Alavesa. Es una plancha que busca el consenso entre todos los territorios y una mayor contribución al fútbol vasco.

¿El hecho de integrar a directivos de las Territoriales le asegura tener una cuota importante de votos?

—No. Hay 125 votantes y cada uno tendrá su propio criterio. Sí hemos buscado una candidatura de consenso a nivel territorial y, como insisto, hay 125 votantes que emitirán su voto en conciencia.

Desconozco cuál es la implicación con la oficialidad de la Euskal Selekzioa de los nuevos presidentes de la Alavesa (Kepa Arrieta) y de la Guipuzcoana (Manu Díaz), pero en el caso de Mardones no presume de ello. ¿Es Javier Landeta un defensor a ultranza de la oficialidad?

—La oficialidad es un objetivo irrenunciable. No es un objetivo a través de la confrontación, es un objetivo desde el consenso para dar pasos firmes hacia la oficialidad de la selección desde la colaboración y el consenso. La Federación Vasca ya había dado pasos desde hace tiempo y en esta nueva etapa lo tenemos que hacer todos juntos, con alianzas, de la mano de las instituciones, cada una con sus competencias para ir subiendo escalones hasta conseguir el objetivo.

¿Qué paso hay que dar tras la solicitud de la integración de la Federación Vasca como miembro de la FIFA y de la UEFA?

—Hay un tema muy importante, que es trabajar para que la Euskal Selekzioa pueda jugar en competiciones internacionales, conseguir que nuestra selección sea un elemento de cohesión. Que la actividad de la misma sea un orgullo de país y con la que todos nos identifiquemos. Trabajar codo a codo con las instituciones para que en cada uno de los campos en los que se juega la oficialidad se vayan dando pasos. Vamos a trabajar en lo deportivo, porque pensamos que hay que darle un carácter especial con la creación de una Oficina Técnica para poder funcionar en todos los matices.

¿Una Oficina Técnica destinada exclusivamente a gestionar la oficialidad?

—Y mucho más. Hay que gestionar todo lo que está alrededor de la Euskal Selekzioa. Primero, que cale en el país, que sea ese elemento de cohesión en nuestra sociedad; segundo, en buscar recursos adicionales, negociar con marcas y patrocinadores... Hay un trabajo muy amplio.

La Federación Española tiene las llaves en la negociación, pero Luis Rubiales ya ha cerrado las puertas a las primeras de cambio.

—Siempre que se han dado pasos ha cerrado la puerta, pero no es nada nuevo. Conozco a Rubiales, es una persona dialogante, y yo como también lo soy, habrá mucho que hablar.

¿Cómo convencería a Rubiales?

—No puedo descubrir nuestros argumentos. Es un único partido que se juega en diferentes campos, como el deportivo y el institucional-político.

¿Maneja la creación de una dirección deportiva?

—Hay una comisión deportiva dentro de la Federación y tendremos que ver cómo lo articulamos dentro de la Junta Directiva.

¿Qué plan ofrece para el fútbol modesto?

—Los clubes de Euskadi presumen de ser bien dirigidos por personas que se dejan la piel en los mismos y asumen que en ciertos casos tienen que dar un giro hacia la profesionalización. Les podemos ayudar mucho a los clubes modestos en ese camino, en cuanto a la adaptación de las nuevas normativas, crear una bolsa de entrenadores para poder contactar con los clubes, ser un elemento canalizador para los futbolistas, una comisión para conflictos internos… Que sepan que tienen a la Federación a su lado.