En una cita marcada por las críticas, por aquello de la idoneidad o no de disputar un encuentro amistoso en plena pandemia del coronavirus -como si los futbolistas convocados por Clemente no pasaran en sus respectivos clubes las pertinentes pruebas de PCR, o como si otros combinados no disputaran partidos de idénticas características...-, la selección de Euskadi de fútbol volvió a reunirse ayer en torno a un balón para reclamar sobre el terreno de juego aquello por lo que viene peleando desde hace un buen puñado de años: su reconocimiento como Federación oficial para poder aspirar así a disputar una Eurocopa o un Mundial.
El sueño parece lejano, si no imposible, pero sirva la cita de ayer en Ipurua, igual de reivindicativa pero más fría y gris que de costumbre por la ausencia de público, como altavoz. El rival, Costa Rica, una selección que aspira a estar en el Mundial que se disputará en Catar en 2022, y que se jugara en una fecha FIFA, aquellas reservadas para las citas internacionales, suponen un nuevo impulso en ese complicado camino. El sufrido triunfo, con un gol de Núñez en el descuento, puso el broche a una nueva jornada reivindicativa.
Sorprendió de inicio Clemente con un equipo de marcado carácter ofensivo, con Guevara como ancla en el centro del campo, acompañado por Roberto Torres en el doble pivote y Muniain en la media punta. Hasta nueve futbolistas del Athletic se contabilizaron en un once en el que Villalibre, esta vez sí, partió como titular. Tal vez Garitano, reacio a apostar por el gernikarra de partida en los partidos de liga, pudo tomar nota de la aportación del que dice que es su único delantero centro de la plantilla. Además, Williams partió escorado en banda derecha, con Morcillo en la izquierda. La defensa y la portería fueron también de exclusividad rojiblanca. Balenziaga fue el único león que arrancó en el banquillo.
No se guardó nada el de Barakaldo, lastrada su convocatoria por algunas bajas de última hora debido al covid-19 o a distintas lesiones. Como tampoco lo hizo Ronald González, seleccionador tico, que tiene que aprovechar todos los amistosos para dar consistencia a un bloque que arrancará la clasificatoria para la cita catarí en septiembre del próximo año. Con Keylor Navas, el exguardameta del Real Madrid, como principal figura, el combinado centroamericano buscará el pase a su tercer Mundial consecutivo.
La puesta en escena de Euskadi fue muy positiva. El once y el estilo de juego, alejados de la idea preconcebida que se tiene de Clemente, dejó una selección alegre y dinámica que buscó el juego asociativo, con las dificultades que ello entraña después de completar únicamente un entrenamiento grupal. Los cuatro futbolistas de ataque, todos ellos del Athletic, demostraron que manejan otros registros futbolísticos distintos a los que demuestran en su club. Muniain, en la media punta, en su posición, es un futbolista totalmente distinto al que ejerce en banda. Por ellas, Williams y Morcillo fueron dos puñales, especialmente en el primer acto.
Sobresalió el joven extremo de Zornotza, de cuyas botas nació el primer tanto, obra de Muniain, que culminó una larga cabalgada por banda izquierda de Morcillo, para batir a Navas en el mano a mano. El gol premió el mejor arranque de una Euskadi que mostró una imagen seria en defensa, con un destacado Yeray y un acertado Herrerín. Tras muchos meses sin jugar, el portero estuvo muy seguro bajo palos, evitando cualquier peligro del rival, una Costa Rica que solo lo intentó con disparos lejanos en la primera mitad y que pudo llegar con 2-0 al descanso, pero Williams no encontró portería con un gran remate a la media vuelta desde dentro del área.
A la vuelta de vestuarios, los cambios introducidos por el seleccionador tico le dieron otro aire al conjunto centroamericano, que arrancó con fuerza la segunda mitad y a punto estuvo de lograr la igualada por medio de Borges, cuyo cabezazo sacó sobre la línea de gol Yeray y Herrerín atrapó después el disparo de Venegas. La reacción de Euskadi no se hizo esperar, pero Villalibre se encontró con una gran estirada de Navas tras un gran pase, uno más, de Morcillo.
Los cambios en ambos equipos bajaron el ritmo de un choque con cierta emoción, muy intenso, y al que ninguna de las selecciones le quiso perder la cara. No lo hizo Costa Rica, que igualó el choque en un despiste de la zaga local. Moya, bastante liberado en el área, batió a Herrerín con un remate potente tras un centro lateral.
Con 20 minutos aún por disputarse, Euskadi no bajó los brazos. No hubo manera de hacerlo con Clemente desgañitándose en la banda, exigiendo más a los suyos constantemente. Oier, con una mala vaselina y Bautista, con un buen remate de cabeza, pusieron de nuevo a prueba a un Navas que parecía imbatible hasta que en el descuento apareció la figura de Núñez, cuyo testarazo no alcanzó a despejar el guardameta costarricense, que solo pudo seguir el balón con la mirada. El gol de Núñez propició el triunfo de la fe en una nueva jornada de reivindicación pese a la ausencia de público.
EUSKADI: Herrerín; Capa, Núñez, Yeray, Yuri (Min. 55, Aihen); Guevara (Min. 55, Manu García), Roberto Torres (Min. 84, Arbilla), Williams, Muniain (Min. 65, Oier), Morcillo (Min. 84, Balenziaga); y Villalibre (Min. 55, Bautista).
COSTA RICA: Keylor Navas; Gamboa, Duarte (Min. 46, Díaz), Waston, Calvo; Borges, Alfaro, Venegas, Campbell (Min. 84, Vega), Leal (Min. 46, Vargas); y Moya (Min. 84, Felicio Brown)
Goles: 1-0: Min. 12; Muniain. 1-1: Min. 70; Moya. 2-1: Min. 93; Unai Nuñez.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Sin amonestados.
Incidencias: Partido amistoso y reivindicativo entre Euskadi y Costa Rica, disputado en Ipurua a puerta cerrada. Antes del inicio del encuentro los jugadores de la tricolor y los miembros del cuerpo técnico posaron con una pancarta con el lema: “Ofizialtasuna!”