- Johann Wolfgang von Goethe, uno de los padres del Romanticismo, quedó subyugado, enamorado de la belleza de Agrigento, embaucado por la colina de los templos griegos que camuflan su egregio perfil con el de las puestas del sol que se asoman a la mar. Una balconada para los enamorados. La terraza de la Grande Bellezza. En ese lugar que peina el sol de octubre, brilló el destello de Diego Ulissi, irresistible en la cota que embocaba la segunda etapa del Giro. El italiano, amante de la corsa rosa, su razón de ser, sumó su séptimo triunfo de etapa en la carrera italiana. Es su coto de caza. Propiedad privada. Ulissi serigrafió una muesca más en la culata de su revolver después de derrotar a Peter Sagan y Mikkel Honoré en Agrigento, uno de los puntos más calientes de Europa, donde Filippo Ganna no se derritió. El joven italiano continúa siendo el líder a la espera del Etna, donde su sueño se congelará. El volcán tomará hoy la temperatura de los favoritos para Milán.

Antes de que el Giro se meta en la lava y se escuche el crepitar de los opositores al triunfo final, la carrera se paseó en dirección al Valle de los Templos forrados por el mármol que enfatiza el dorado del sol y contrasta con el azul del mar y el verde de los árboles. La estética es la clave de bóveda de Italia. Eso no se discute. El resto es accesorio y material para el debate. Tal vez por eso, la UCI (Unión Ciclista Internacional) se sintió con el derecho y la necesidad de sancionar al Education First por ese maillot extraño, farandulero y llamativo que han estrenado en el Giro con un pato como protagonista. En un país en el que los uniformes de los Carabinieri los ha diseñado Armani, eso es poco más que una afrenta. Así que la UCI multó por eso de la etiqueta y el buen gusto. En cualquier caso, a modo de campaña de marketing, la vestimenta inclasificable del Education First funciona. Lo hortera también tiene su público, más si cabe en medio del histrionismo de la fast fashion. Esa polémica que en realidad no lo fue pero que entretuvo en los cafés de Italia, alumbró un día negro para Aleksandr Vlasov que no tomó la salida debido a problemas estomacales. El Astana ha perdido a dos puntales en apenas un día de competición. Miguel Ángel López, operado tras su aparatosa caída del sábado, y Vlasov no podrán impulsar la candidatura de Fuglsang. El luto del conjunto kazajo, que se queda en los huesos a la espera de que lleguen tiempos, contrastó con el solaz general, representada por la escapada de Ben Gastauer, Mattia Bais, Alessandro Tonelli, Etienne Van Empel y el infatigable Thomas de Gendt, el hombre en fuga. Un buen plan para pasar la tarde dando una vuelta en bici.

Nunca falta el sol en Sicilia, una isla que, decían, tenía contratado a un tipo con un escobón para retirar la nieve de la carretera, aunque se desconoce cuál era su función. Los misterios de una isla gesticulante. Salvo el fogoso Etna y el interior, el frigorífico de la ínsula, Sicilia es un reclamo soleado, una invitación a la hamaca y las chancletas, un souvenir del buen tiempo también en octubre, por donde discurre el Giro que no pudo ser en mayo. A pesar del almanaque, es tan suave el clima en la isla cuando esquiva el Sirocco, el viento africano que la achicharra y la enloquece, que el pelotón jugó a la espera, mirando de lejos la rampa que estrecharía la mano de Agrigento. No había prisa porque la fuga, repleta de entusiastas, sabía que su destino era marchitarse cuando el pelotón dejara de regalarla. Le dio agua pero no le quitó la sed. Es el mecanismo diabólico que rige el mecano de las etapas de las grandes. Un pacto no escrito que concede una libertad vigilada.

Amortizada la fuga, se afilaron los colmillos, antes dientes de leche, para afrontar la subida en paralelo al Valle de los Templos. Los favoritos, se ensortijaron en un palmo. Thomas, Nibali, Fuglsang, Yates y Kruijswijk no se perdieron de vista porque nunca se sabe a pesar de que la ascensión era tan templada que incluso Ganna, el líder colosal, pudo mantener la maglia rosa sin demasiados sofocos. Ese era el deseo del joven italiano, consciente de que su liderato se evaporará entre las fumarolas del Etna. El sueño de Ulissi era imponerse en Agrigento, un lugar de culto en Sicilia, un tesoro, que había señalado con equis en su hoja de ruta. Ulissi se puso en pie y solo Sagan y Honoré pudieron encolarle. Fue un instante. Después, el italiano, feroz y ambicioso, descargó todo su voltaje para abrazar la belleza de Agrigento.

Segunda etapa

Pello Bilbao

Víctor de la Parte

Jonathan Castroviejo

Óscar Rodríguez

Clasificación general

Pello Bilbao

Víctor de la Parte

Jonathan Castroviejo

Óscar Rodríguez