- Imola bautizó a Mikel Landa en el Mundial. Nunca antes el alavés había sido inscrito en la cita mundialista a pesar de su calidad. Pascual Momparler, el seleccionador, no dudó en convocarle para la carrera que corona al campeón del Mundo. No se equivocó con Landa, muy presente cuando la carrera entró en ebullición y alcanzó el punto álgido. El escalador de Murgia fue 16º en meta, solo superado por Valverde, si bien Landa tuvo mayor peso en la narrativa de la carrera. El alavés buscó la sorpresa a través de las cotas que decoraban el recorrido de Imola. Además fue el parapeto de Valverde, la bala de plata que se guardaba la selección española. “En el final he intentado jugar mis cartas de lejos, ya que el final era complicado. En la última subida me ha faltado un poquito para estar con los mejores, pero estoy contento. Ha sido una cuestión de fuerzas. Se ha ido Alaphilippe por delante y por detrás se ha formado un grupo”, estableció Landa.

El corredor vasco disfrutó de su bautismo con los nervios propios que revolotean en el estómago ante lo novedoso. “Mi primer Mundial lo he vivido con algo de nerviosismo, tras el Tour de Francia el cuerpo también está un poco diferente y he ido todo el día buscando sensaciones”. Aunque intentó integrarse en la cordada definitiva, Landa no pudo hacerlo y puso sus piernas a disposición de Valverde. “En cuanto he visto que estaba en el mismo grupo que Valverde, he decidido tirar a tope para ver si había alguna opción de cazar a los de delante, pero ha sido imposible. Al final, Alejandro ha sido octavo, así que no está nada mal”, expuso el de Murgia. “Mikel Landa ha hecho un gran trabajo luego bajando para intentar contactar con el grupo de delante, pero no ha podido ser”, enfatizó el seleccionador estatal.