- El inesperado tsunami provocado por el covid-19 ha convertido cualquier actividad deportiva en un mar de incertidumbres e incógnitas. Unas dudas que se multiplican para aquellos que tienen la responsabilidad de organizar las competiciones. Con el regreso del siempre pionero -y privilegiado- fútbol a la vuelta de la esquina, otras disciplinas se debaten entre dar el ejercicio por perdido o buscar la fórmula que les permita retomar su calendario. Entre este segundo grupo parece estar el triatlón, cuya Federación Española avala que se disputen pruebas en lo que resta de 2020. Una postura que se sigue muy de cerca desde Vitoria, cuyo Ironman todavía está en el aire tras la suspensión de la fecha inicialmente prevista (12 de julio) y el inminente anuncio de una decisión definitiva.
“Cuando etalló la crisis nos pusimos a trabajar en un plan preventivo en un escenario donde lógicamente todo era nuevo. Decidimos actuar con coherencia y proponer un plan que tuviera sentido y que velara por las medidas que nos aplican las autoridades como ciudadanos y tratar de aplicarlas al deporte. Lo presentamos hace cuatro semanas y ha recibido el visto bueno de todas las administraciones con las que tenemos proyectos. No es un documento cerrado sino que es vivo, flexible, y tiene que garantizar que los eventos se desarrollan con total garantías. Tenemos el plan para arrancar preparado y por supuesto que nuestra intención es hacerlo. Estamos en las manos de las autoridades y no vamos a hacer nada en contra del criterio sanitario pero confiamos en hacerlo razonablemente pronto, en aproximadamente dos meses”, explica Jorge García, Director de Competiciones de la Federación Española de Triatlón (FETRI).
El nuevo protocolo que pretende ser la base de las pruebas que se vayan a celebrar en los próximos meses cuenta con varios ejes. “Lo que planteamos es basicamente reducir las concentraciones de masas. Las medidas están en todo el proceso. Desde que un deportista llega a la sede de un evento hasta que se va o recoge una medalla. La mayoría de los cambios se basa en respetar la distancia social en todos los momentos. Anular cuestiones obvias que originen puntos de concentración como pueden ser por ejemplo las reuniones técnicas y que el atleta llegue, recoja su dorsal, compita y se marche”, detalla.
Un aspecto en el que necesariamente deben producirse modificaciones es en las salidas de las pruebas. “Nuestros campeonatos no han sido nunca de masas en una única salida sino que siempre hemos trabajado en eventos por tandas o por oleadas. Lógicamente donde hasta ahora barajábamos salidas de 100-120-150 deportistas cada diez minutos ahora estaríamos en salidas de 70 máximo cada quince minutos aproximadamente. En las competiciones en las que no se puedan hacer oleadas tendrían que ir claramente a formato no drafting y con salidas tipo rolling star, que es el modelo del Ironman de Vitoria. Y todo esto teniendo en cuenta que deben ser medidas elásticas. Que ahora mismo estamos a finales de mayo pero a lo mejor dentro de dos meses el escenario es muchísimo más favorable y se pueden relajar las medidas. Lo mismo que nos pasa a nosotros como ciudadanos”, argumenta Jorge García.
El directivo, no obstante, es plenamente consciente de que la seguridad sanitaria es la máxima a cumplir y por ello advierte de que estarán muy atentos a posibles peligros. “Hay que analizar cada escenario en concreto y hemos establecido dos fases. Una es hacer un análisis de riesgos con las herramientas que tiene publicadas para eventos deportivos la OMS. Si el riesgo es bajo o muy bajo se puede ir adelante. Si es moderado, hay que reducirlo en las medidas donde se pueda. Y si no se puede reducir, no se puede seguir adelante. Con este factor el triatlón en líneas generales tiene que estar como mucho en riesgo moderado, nunca estaría en riesgo alto salvo casos muy puntuales. Y eso nos da tranquilidad. La segunda medida es que una vez que el umbral de la OMS está en bajo o muy bajo el siguiente paso es aplicar nuestras medidas preventivas y a partir de ahí hacer el evento”, precisa.
Por último, Jorge García no se muestra especialmente preocupado respecto a los problemas que pueda originar el control de los aficionados en las competiciones. “El tema del público es fácil. Nos estamos comportando de igual manera en las calles. Estamos saliendo, la gente se comporta con normalidad, va a las terrazas y se sienta, todo el mundo respeta la distancia y lo que hay que intentar es llevar los espacios de confluencia de público a sitios abiertos donde pueda moverse la gente con mayor dispersión. De la misma manera que nos obligan a usar mascarillas en lugares cerrados o donde no se pueda mantener la distancia social, el público se tendrá que comportar donde haya un evento. Evidentemente hay que evitar cualquier actividad paralela que pueda provocar confluencia de público y a lo mejor hay que quitar gradas y demás para evitar aglomeraciones y que el movimiento pueda ser más abierto pero no sería necesario mucho más”.
“Presentamos el protocolo hace cuatro semanas y todas las administraciones con las que tenemos proyectos nos dieron la aprobación”
“Analizamos cada evento con las herramientas que ha publicado la OMS y si el riesgo es mayor que bajo no se puede celebrar”