- Tras muchas semanas de obligado confinamiento en sus respectivos domicilios, la evolución positiva de la crisis del coronavirus y las últimas medidas aprobadas por el Gobierno permitirán que los deportistas profesionales puedan comenzar a los retomar sus entrenamientos -de momento en solitario- a partir del lunes. Un momento con el que a buen seguro llevan mucho tiempo soñando pero que también les plantea no pocos interrogantes. Así lo ha reconocido el guardameta del Deportivo Alavés Roberto Jiménez, que protagonizó ayer el programa de LaLiga QuédateEnCasay también participó en otro encuentro a través de las redes sociales con Víctor Cócera amigo y socio en un proyecto que ofrece experiencias de fútbol a jugadores y equipos de todo el mundo en Barcelona llamado BEST.

Fue precisamente en esta cita donde el cancerbero madrileño destacó que "la incertidumbre" es el principal aspecto a controlar en este inicio del camino de regreso a la normalidad. "A nivel físico yo creo que como no hemos dejado de entrenar piensas que estás mejor de lo que estás. Ahora haces un trabajo muy analítico, en un espacio muy reducido y la verdad es que acabas reventado. Pero si luego eso lo llevas al campo, con la cantidad de movimientos, distancias y superficies que manejas es insuficiente. Y más en nuestra posición, que necesitas balón, suelo, distancias largas, distancias cortas... Pero de alguna manera todos vamos a tener la misma sensación. Es como cuando vuelves de pretemporada. A nivel mental ya es algo más particular. Las ganas supongo que las tendremos todos por igual o debería ser así pero ya es cada uno cómo quiera encajar todas las piezas de este puzzle que estamos viviendo y sobre todo saber manejar la incertidumbre que, en mi caso, es lo que más intranquilo me tiene", argumentó.

En este sentido el albiazul reconoció que las dudas que en estos momentos prácticamente nadie es capaz de resolver pueden tener cierta incidencia en la recuperación de la actividad. "No sabemos cómo van a avanzar las cosas, cómo van a ser, cómo vamos a tener que proceder... El que sea más organizado en su vida como me pasa a mi lo pasará peor con la incertidumbre y el que viva un poco más al día y esperando acontecimientos imagino que lo llevará mejor", reflexionó.

Roberto hizo un pequeño repaso también a las sensaciones que ha tenido en las semanas de reclusión en Vitoria junto a su pareja. "Lo he pasado con mucha paciencia. Al principio pensaba que lo iba a llevar mejor, las primeras semanas empezaron muy bien pero luego se hace todo muy rutinario. El espacio es muy limitado, tenemos una necesidad de entrenar todos los días y se hace muy largo", admitió.

Eso sí, ha aprovechado este tiempo de obligada inactividad para dedicarlo a asuntos a los que normalmente dedica menos tiempo como "cocinar, leer o conversar".

Pero si hay una afición que ha ayudado a Roberto a pasar mejor estas semanas es la música. "Me compré mi primera batería hace once años y hace dos empecé a tocar también el piano. Es un instrumento que siempre me ha gustado muchísimo y me lo tomo como un reto. Además la música es bastante parecida al deporte en algunas cosas. Los dos son bastante ingratos. Dejas de entrenar dos semanas y estás tieso y si no tocas cuando vuelves pareces un mono en una cacharrería", confesó entre risas.

Con 19 años. La charla que mantuvo Roberto a través de las redes sociales sirvió también para conocer algunos detalles personales del arquero, como las condiciones que rodearon a su estreno en Primera con el Atlético de Madrid. "Tenía 19 años y entrenaba con el primer equipo. Leo Franco arrastraba molestias en el cuádriceps, Cuéllar tenía un dedo roto y a Falcón le expulsaron el partido anterior. Jugábamos en Pamplona y Bianchi me preguntó el día anterior si quería jugar. Imagínate... El partido fue el 22 de diciembre de 2005 y desde entonces no he comprado nunca lotería de Navidad porque ya me tocó ese día. Jugamos a cuatro bajo cero y en el descanso me tuve que cambiar las botas porque había limado los tacos de aluminio. Perdimos 2-1 y el primer gol me lo marcó mi amigo Raúl García", relató. El albiazul también desveló por qué acabó entre los tres palos. "Me apunté a fútbol con 8 años y como era alto me pusieron de central pero era muy malo y me aburría mucho en los entrenamientos así que como un portero faltaba bastante me ponía yo". Y hasta hoy.

"Las primeras semanas empezaron muy bien pero luego se hace todo muy rutinario"

"Ojalá podamos acabar de la mejor manera pero siendo conscientes de lo devastador que ha sido"

Portero del Deportivo Alavés