- La actual crisis sanitaria ha dejado claro, en términos ciclistas, que las decisiones sobre el calendario se producen en clave mensual. El 12 de marzo quedaron canceladas todas las pruebas que debían disputarse antes de que arrancara abril. El día 18, solo seis jornadas más tarde, la reanudación del calendario se pospuso hasta el 1 de mayo. Y el pasado miércoles la UCI anunció que la temporada no arrancará de nuevo hasta, al menos, el 1 de junio. Fue más allá, sin embargo, el vicepresidente del máximo organismo mundial, el italiano Renato Di Rocco. Aseguró que la hipótesis más optimista contempla retomar la competición a partir del 1 de julio, un escenario que de forma indirecta afectaría ya a la próxima edición de la Clásica San Sebastián.
"Estamos pendientes de todo lo que sucede. Las cosas cambian de un día para otro. Pero ahora mismo trabajamos con la idea de que la carrera se celebrará en la fecha prevista", asegura Julián Eraso, director de la prueba. Esta se encuentra programada para el sábado 25 de julio. Pero el Tour (a priori comenzará el 27 de junio) y sus hipotéticos movimientos en la agenda apuntan a marcar la temporada ciclista en su conjunto. ¿Y si la ronda francesa debe retrasarse unas semanas y pisa a la competición donostiarra en el calendario? "No lo sé. Si posponen el Tour, supongo que no arrancará tan pronto aún como para afectarnos. Pero, si esto último sucediera, pediríamos un aplazamiento, no una suspensión. Porque no es lo mismo la Clásica que la Itzulia", añade Eraso, organizador también de la vuelta vasca por etapas.
Esta solo ha sido aplazada. Pero sus promotores están ya cerca de arrojar la toalla a la hora de encontrarle una nueva ubicación este año. "La Clásica es distinta. Es una prueba de un día. Como quien dice, la tenemos ya organizada. Lograr un nuevo hueco en el calendario no resultaría tan complicado. Pero insisto en que ahora mismo trabajamos con vistas a que se correrá el 25 de julio". Respecto a la Itzulia, mientras, todo apunta a que no se disputará ya hasta su edición de 2021, con un recorrido casi idéntico al previsto para la presente temporada. "Lo mantendremos, quizás con alguna pequeña modificación que debemos cerrar en lo referido a las llegadas. La carrera de este año debía disputarse en plena Semana Santa. Y la del año que viene tendrá lugar en otras fechas, lo que condiciona algunas circunstancias".
No hay cambios previstos, mientras, en el trazado de la Clásica, que tan buen resultado diera el pasado verano. "Lo que funciona no se toca", resume el director de la organización de la prueba. Esta mantendrá, por lo tanto, el esquema vivido a raíz del estreno en 2019 de la carrera femenina (matinal), previa a la masculina (con llegada vespertina). Y contaría, de mantenerse el calendario actual, con una participación de nivel, muy favorecida por la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio, cuyas pruebas ciclistas coincidían de lleno con la cita donostiarra. Eraso, sin embargo, prefiere no destacar posibles efectos beneficiosos del coronavirus en la carrera guipuzcoana. "Uno enciende la tele y ve que la situación actual resulta grave, con cifras desalentadoras. Ahora mismo lo primero es lo primero".