estocolmo (suecia) - La selección española de balonmano, con el jugador de Barañáin Iosu Goñi, tratará de convertirse hoy en leyenda (16.30 horas, TVE 1), revalidando ante Croacia el título continental que conquistó hace dos años en Zagreb, algo que sólo ha logrado Suecia, campeona en los años de 1998, 2000 y 2002.
Un logro que situaría a los Hispanos, si es que no lo están ya, tras encadenar tres finales consecutivas, a la altura de equipos legendarios como los Bengan Boys, la selección sueca que dominó el balonmano mundial a finales de los 90; o los Experts, el imbatible equipo francés, que reinó en la primera década de este siglo.
Y todo ello sin perder ese aspecto de normalidad que convierte a los de Jordi Ribera en un equipo cercano, en el que la fuerza del colectivo está siempre por encima de cualquier tipo de estrellatos o individualidades. "Lo bueno de este equipo es que su fuerza reside en el colectivo, en cada partido cualquier jugador puede ser el protagonista", señala.
Una fortaleza colectiva que España tratará de imponer ante un conjunto croata que, a diferencia de los Hispanos, apenas ha rotado en el torneo. Factor que puede ser determinante ante el cansancio acumulado por ambos conjuntos, que no sólo han tenido que disputar ocho intensos partidos en apenas dos semanas, sino que además se han visto obligados a realizar largos desplazamientos por media Europa.
Un cansancio que el conjunto español ya comenzó a acusar en los minutos finales de la semifinal ante Eslovenia, en los que los Hispanos se complicaron un encuentro que tenían perfectamente encarrilado.
Pero si a España ya comienza a hacérsele un poco largo el torneo, mucho peor llegará a la final la selección croata, tras el tremendo esfuerzo que tuvo que realizar para imponerse en la semifinales a Noruega, en un encuentro que no se resolvió hasta la segunda prórroga.
Esfuerzo que acabó por pagar en forma de lesión el central croata Luka Cindric, una de las piezas claves en los esquemas del conjunto balcánico, y que tendrá muy difícil poder disputar la final tras resentirse de la lesión muscular que ya le había impedido disputar con normalidad los últimos partidos.
Circunstancia que dejará el juego croata en manos de los también centrales Domagoj Duvnjak e Igor Karacic, que ya fue fundamental en el empate (22-22) que los croatas arañaron a España en el partido que ambos conjuntos disputaron en Viena en la segunda fase.
Un encuentro que, pese a que careció de la tensión que tendrá la final de hoy, ya que ambos conjuntos lo afrontaron con la clasificación para las semifinales ya asegurada, sí que dejó alguna que otra lección de las que España deberá aprender.
Empezando por no dar nunca por vencido a un equipo croata que destaca por su carácter irreductible.
Si España demostró en la capital austríaca que cuando el encuentro fue una mera cuestión balonmanística se encuentra un escalón por encima de los croatas, cuando el corazón, la pasión y el carácter se hicieron los dueños de la pista, los de Lino Cervar igualaron la contienda. El mismo error en el que cayeron los noruegos en las semifinales y en el que los Hispanos deberán volver a incurrir, si quiere revalidar un oro que no sólo les otorgaría el ansiado billete para los Juegos Olímpicos de Tokio, sino que les aseguraría un lugar en la leyenda. - Efe
Ribera: "Dos equipos súper competitivos". El seleccionador Jordi Ribera destacó que su equipo ha sabido "adaptarse a todas las circunstancias", tanto dentro como fuera de la pista durante el torneo, y confía en que se mantenga así. "Nos vamos a encontrar dos equipos súper competitivos, con ganas de conseguir el objetivo y con el cansancio normal de ocho partidos", añadió el preparador.
Noruega gana el bronce ante Eslovenia. En la lucha por el tercer puesto, disputada ayer, Noruega se impuso a Eslovenia por 20-28 y se alzó con el bronce.