Vitoria - Una operación de próstata hace un año estuvo a punto de truncar el día a día del portugalujo y vitoriano de adopción Emilio Quílez. A sus casi 66 años acaba de completar el Camino de Santiago por la ruta del norte en 22 etapas, un récord absoluto. Acostumbra a andar por los montes de la capital alavesa cerca de 150 kilómetros a la semana, lo que hacen un total de 600 al mes y 7000 al año. De esta manera, tras la operación que le dejó en el dique seco de su habitual actividad durante un tiempo quiso retomar su rutina a pesar de las advertencias de los médicos que le dijeron que no haría rutas muy largas. Aun así, Quílez hizo oídos sordos y tras encontrarse mejor decidió emprender el Camino de Santiago francés desde Donibane Garazi. Lo realizó de manera satisfactoria pero le supo a poco. Lo completó en las etapas estipuladas pero sintió que no se cansaba y por ello pensó qué podía hacer algo más. Más adelante hizo el tríptico de León pero sintió más de lo mismo. A la vuelta a casa y tras el paso de los días le vinieron a la cabeza las numerosas recomendaciones de los caminantes encontrados durante la travesía del Camino de Santiago francés que no hicieron otra cosa que decirle que haría el del norte cuando pudiera.

Así, sin pensarlo dos veces, creyó que ese momento del que le hablaban había llegado y comenzó a organizar la travesía. Serían 22 etapas en las que de media al día debería de hacer unas 10 horas. Unió etapas y contactó con hoteles, hostales, así como pensiones para dejar todo atado a su llegada a cada destino. Una vez finalizó la preparación del Camino comunicó a su entorno qué iba a hacer. En ese momento todos le dijeron que estaba loco y que era imposible hacerlo de esa manera. Él confió en sus posibilidades, así como en su preparación física como mental. “Es un trayecto muy solitario y tienes que ser muy fuerte, ya que puedes estar cerca de 30 kilómetros sin ver a nadie”, advierte Quílez. Finalmente, hizo posible lo imposible y demostró a su entorno primero y al mundo después que no hay nada como proponerse un objetivo para que mediante trabajo, así como dedicación poder llegar a conseguirlo.

día a día del camino El Camino de Santiago no es una travesía que se pueda hacer a la ligera. El propio Quílez recomienda prepararse bien pese a que sabe que está advertencia muchos no la escuchen. El jarrillero se levantaba a las cuatro de la mañana y se daba una ducha bien fría para aclimatar al cuerpo al sufrimiento del día. Posteriormente se daba cremas de calor en los pies y se curaba las heridas que pudiera tener. A continuación, se ponía uno de los ocho pares de calcetines que llevó al viaje hechos a medida para cada pie. Apto seguido las cremas volvían a coger protagonismo, en este caso de calor, y se la extendía tanto en los gemelos como en los cuádriceps. Concluía con el tren inferior poniéndose unas medias compresoras y pasaba a rociarse el cuerpo con antimosquitos. Posteriormente, se echaba crema solar y terminaba de vestirse por completo. Concluía el atuendo con unas gafas y la gorra. “El resto de cosas me lo llevaban en un coche de destino a destino en cada una de las etapas”, indica.

etapas más duras Quílez asegura que el Camino de Santiago norte es más espectacular de lo que nunca le podrían haber dicho. “Hay que vivirlo en primera persona y al menos a la gente le recomiendo que hagan de Baiona a Lezama”, asegura. Aun así, le sale una sonrisa por lo vivido y de orgullo también por haber sido capaz de superar a sus casi 66 años y con numerosas operaciones en su cuerpo muchas de las etapas duras que se encontró a lo largo del Camino.

La primera etapa, Baiona-Irun la superó sin dificultades, mientras que en la segunda, Irun-Zarautz, tuvo más dificultades de lo que esperaba. “Lo que sucede es que cuando llegas a Igeldo cresteas por Orio y es muy duro, llegando a parecer que no se acaba nunca”, indica. Aunque reconoce que la etapa que más le costó de las 22 fue la de Markina a Lezama. “Fue todo bien hasta que llegué a Gernika, ya que de ahí a Larrabetzu el camino es un carrusel de subidas y bajadas. Luego me enteré que ahí es donde entrenan los ultramaratonianos de Bizkaia”, recalca. Tras esto no encontró ninguna dificultad para terminar de completar el reto.

recuperación tras etapa Del mismo modo que la preparación para comenzar el Camino de Santiago es importante la recuperación después de cada etapa lo es incluso más. “La etapa no acaba cuando llegas al destino sino cuando consigues recuperarte por completo”, afirma. Al llegar al destino alimenta el cuerpo con carbohidratos y minerales, para apto seguido ponerse hielos en las rodillas que le previenen de futuras lesiones. Tras esto sumergía los pies en agua fría, se daba una ducha mientras se masajeaba los músculos, se esparcía unas cremas frías y a continuación se ponía unas medias que le llegaban hasta la cintura.

Una vez volvía a ser “una persona normal” comía por primera vez caliente en todo el día. A las 21.00 horas volvía a la habitación para ponerse unos geles fríos en las rodillas y hacer unos ejercicios con pelotas de tenis para prevenir la fascitis plantar. Una vez hecho todo el proceso similar a “una vida espartana” se disponía a descansar no sin antes haber repasado la siguiente etapa.

anécdotas Durante el trayecto, completado en 22 días, Emilio Quílez pudo vivir numerosas historias de las cuales resalta dos por encima de todas. La primera de ellas se podría resumir como solidaridad, mientras que la segunda sería imprudencia. En la etapa 18 amaneció el día en Mondoñedo (Lugo) con fuertes lluvias pero no por ello iba a parar. Emprendió el Camino por la vía histórica y de repente, a las 7.00 horas, se dio cuenta de que no podía seguir. Se había perdido y no sabía dónde ir. De repente a lo lejos vio una luz que salía de lo que creyó ser un bar. Era un albergue gratis y en su interior se encontró a Carmela. Le acogió con los brazos abiertos, le dio calor humano, así como le ofreció un desayuno que el alavés aceptó. Tras media hora donde se secó decidió que debía continuar. En ese momento le dio cinco euros por el desayuno y la mujer se dispuso a darle vueltas porque pensaba que era mucho dinero. “En ese momento le dije que se lo quedara y que le estaba dando muy poco, ella me lo agradeció”, reconoce.

La segunda anécdota, en cambio, trata un poco la imprudencia de Emilio Quílez. Sucedió en Friol (Galicia). La hora de salida de él era las cuatro de la mañana y en recepción del hotel le advirtieron de si estaba seguro de salir a esas horas, ya que si no lo sabía el significado del nombre del municipio es pueblo de lobos. Creyó que no sucedería nada y emprendió su camino. Como siempre iba solo pero entre el silencio, la oscuridad y lo que le habían dicho le hacían no estar tranquilo. Al llegar a su destino se le ocurrió mirar en Internet y leyó que unos meses antes unos lobos habían atacado a granjas ganaderas. “Menos mal que no miré todo como acostumbro a hacer siempre”, reconoce.

fisterra Por si fuera poco Emilio Quílez quiso hacer un trayecto extra en Galicia una vez hubiera completado el Camino de Santiago norte. Se lo ideó él mismo y consistía en ir de Santiago a Fisterra en cuatro etapas de 35 kilómetros de media. Recuerda el trayecto como un regalo que él mismo se hizo después de haber completado el Camino de Santiago. Descubrió la Costa do Morte o el propio Fisterre, lugar donde conoció a caminantes que le nutrieron de historias y leyendas del destino. “Lo completé a mi ritmo, sin prisa, tranquilo. Había cumplido mi objetivo y estaba contento de haber hecho posible lo que para algunos era algo imposible”, reconoce.

Etapas

1ªBaiona-Irun42,27 km8h 12m

2ªIrun-Zarautz48,74 km9h 37m

3ªZarautz-Markina50,56 km10h 43m

4ªMarkina-Lezama51,40 km10h 54m

5ªLezama-Ontón48,26 km9h 28m

6ªOntón-Santoña46,20 km9h 28m

7ªSantoña-Santander46,23 km9h 30m

8ªStd.-Santi. del Mar40,15 km8h 12m

9ªSanti. del Mar-Pesués51,33 km10h 12m

10ªPesués-Hontoria51,06 km10h 15m

11ªHontoria-Colunga37,83 km7h 40m

12ªColunga-Gijón50,75 km10h

13ªGijón-Soto del Barco47,16 km9h 23m

14ªSoto del Barco-Ballota37,91 km7h 29m

15ªBallota-Navia47,29 km9h 12m

16ªNavia-Ribadeo36,18 km7h 17m

17ªRibadeo-Mondoñedo36,50 km7h 17m

18ªMondoñedo-Villalba44,06 km9h

19ªVillalba-Miraz38,21 km7h 25m

20ªMiraz-Boimorto40,08 km7h 56m

21ªBoimorto-O Pedruzo26,79 km5h 18m

22ªO Pedruzo-Santiago20,06 km3h 33m

Prolongación a Fisterra

1ªSantiago-Logrosa24,36 km5h

2ªLogrosa-Olveiroa38,06 km7h 27m

3ªOlveiroa-Muxia34,97 km6h 58m

4ªMuxia-Fisterra37,79 km7h 34m