Julián Gorospe y Marino Lejarreta son muy apreciados en Amorebieta. Tanto que en la década de los 80, la afición zornotzarra fue incapaz de decantarse tan solo por uno y dividieron a la localidad en dos. Porque Julián y Marino, a pesar de ser de equipos diferentes, eran compañeros de pelotón y de carretera; por lo que su rivalidad sobre la bicicleta fue tan sana como noble. Sin embargo, cuando la Klasika Primavera de Amorebieta echaba a rodar, cada habitante se posicionaba a favor de uno. Y su vecino, a favor del otro. Así, ambos corredores protagonizaron una década dorada para la carrera patrocinada por DNA. Unos maravillosos años de ciclismo del bueno que finalizaron en 1989, cuando Lejarreta se subió a lo más alto del podio zornotzarra. Porque Gorospe ya lo había conseguido dos años antes.

“Tengo mucha simpatía hacia Amorebieta y su Klasika, tanta que participé en todas las ediciones en las que fui profesional”, dice Lejarreta. El excliclista berriztarra dio sus primeras pedaladas en Amorebieta y, por ello, recuerda con mucho cariño su victoria en esta Klasika: “No era uno de mis mejores días, pero tuve la suerte de que se dieran las condiciones necesarias para que yo estuviera delante y, al final, me salió bien la apuesta. Me hizo mucha ilusión porque era una victoria en una carrera de casa, un triunfo en el pueblo donde yo me hice como ciclista”. Era 1989 cuando Lejarreta se caló la txapela zornotzarra tras coronar tres veces Muniketa y Autzagane, en un recorrido prácticamente igual al del domingo: “El circuito por aquel entonces era como el de este año, más o menos. Se hace duro porque al final las tres vueltas pesan en las piernas, pero para el espectador sería precioso que hicieran cuatro”.

Dos años antes que Lejarreta, en 1987, Gorospe tocaba el cielo de Amorebieta. Lo hizo con brillantez, tras saber leer una carrera que no tuvo en el bolsillo hasta los metros finales: “Fue una victoria difícil porque ataqué subiendo Muniketa, pero algunos me aguantaron. Tras varios ataques, conseguí marcharse en solitario, pero tampoco saqué mucha diferencia. A pesar de ello, pude aguantar la distancia”. El exciclista mañariarra habla con respeto sobre el triple paso por Muniketa y Autzagane: “Puede ser que antes Muniketa fuera más duro porque la carretera no era tan fina e igual hacía un poco más de selección que ahora, pero quien quiera ganar y no sea bueno al esprint, va a tener que intentar algo arriba porque ahí es donde se suele jugar la victoria”.

Caída fatal Si Lejarreta dio sus primeros pasos sobre la bicicleta en Amorebieta, la carrera zornotzarra fue la que le apartó de ciclismo profesional. Era 1992 cuando el berriztarra tuvo una aparatosa caída mientras bajaba de Autzagane: “Era mi último año, estaba preparando la Vuelta y de la manera más tonta me caí. Me hice una gran avería y a partir de ahí ya no pude competir en condiciones. Es una forma triste de acabar”.