ADiego Agudo Pinilla (Santander, 10-XI-1975) no le gustan los números ni sacar la calculadora para valorar todo el trabajo realizado en un proyecto. Hay algo más impreso en la película Irujo, “a secas, porque es el único protagonista”, desvela el animador y dibujante cántabro. La esencia no se mide en las horas que pasa frente a un papel y unos lápices, porque entran también en juego las tardes de coche siguiendo al pelotari de Ibero, las conversaciones con el técnico Jokin Etxaniz -“que me enseñó mucho de este deporte”, dice-, la periodista Elena Azpeitia o Javier Solozabal, los agradecimientos al propio pelotari y a su entorno? En la marmita de la creatividad se cayó ese cóctel para acabar realizando un “homenaje” a Juan Martínez de Irujo en forma de documental de animación, que está aún pendiente de estreno. Agudo está trabajando en ello. Es algo que sumar. En pantalla: 10.500 fotogramas, 10.500 veces Irujo, 10.500 dibujos y la necesidad implícita de “tener referencias claras para sacar la esencia del pelotari y de su movimiento” para construir el proceso creativo, en el que el delantero ha puesto mucho de su parte.

El artista santanderino ha expuesto ya en más de cuarenta festivales nacionales e internacionales y estuvo nominado al Goya en 2001 por su primer corto de animación, El aparecido, basado en la Danza del Terror de El amor brujo de Manuel de Falla, y gran parte de su carrera se centra en el mundo de la danza. En 2013 se convirtió en el primer dibujante español vivo en exponer de forma individual en el prestigioso Lincoln Center de Nueva York y colaboró con las bailarinas Sylvie Guillem y Svetlana Zakharova. Actualmente, además, tiene pendiente trabajar en Moscú e Italia. Asimismo, fue uno de los animadores de Toy Story 3. “Empecé a seguir a Martínez de Irujo después de verle en youtube hace tres o cuatro años y la idea era realizar una serie de imágenes y, quizás, una exposición. Eso fue tomando forma -llegó a estrenarla en Eibar en 2016- y acabamos en esto”, desvela el santanderino, quien sostiene que “hablé con Juan, muy involucrado en el proyecto, sobre sus ideas acerca de la pelota y me resultaba interesante grabarlas y darle cuerpo. La película es una rara avis, porque conjuga el género documental con el de dibujos animados”.

A Agudo lo que le amarró de Martínez de Irujo fue la forma de estar en la cancha, porque de sus lapiceros siempre se construye movimiento. En los siete minutos que dura el filme, el cántabro analiza varios momentos de la carrera del icónico exprofesional, retirado abruptamente por una dolencia cardíaca tras una carrera histórica en la pelota a mano; así como la forma de actuar del navarro. “Mientras tanto, Juan explica cosas de su juego y de la pelota. Fue complicado, porque él ve cotidiano lo que el resto sabemos que es extraordinario”, define el dibujante, cuyos objetivos a la hora de plantear el final de trabajo están inmersos en que “la gente reconozca al pelotari”. La reacción de Irujo al verla fue “muy buena”, dijo que le había “impresionado”.

“Me lo he pasado realmente bien realizando la película, porque la pelota y el juego de Juan llegó a ser una obsesión. Le seguía casi todos los fines de semana. Está también hecha a modo de homenaje”, concreta el creador, quien recibió todo “facilidades” desde las distintas plantillas de pelotaris y decreta que “así se trabaja más fácil”. “Juan ha hecho que me meta cada vez más en este mundo”, cuenta el cántabro. “La pelota es algo distinto a lo que solía hacer y creo que tiene más jugo, porque se ve el proceso de trabajo”, define.

El impacto de Irujo “He tenido que ver muchos partidos de Martínez de Irujo para poder valorar su impacto real en la pelota”, analiza, por otro lado, Diego Agudo Pinilla, que tiene claro que se encuentra ante uno de los “deportistas fundamentales”. Si bien la mano no tiene una repercusión global, el dibujante es consciente de que el iberoarra se encuentra entre la pléyade de protagonistas de la historia. “Está a la altura de gente como Dick Fosbury, que cambió la forma de saltar en el salto de altura, Kareem Abdul-Jabbar, por quien tuvieron que modificar las leyes del baloncesto, o Rocky Marciano”, sentencia el pelotazale. La cuestión es la trascendencia del pelotari por su incidencia en el juego y, sin duda, el de Ibero fue una revolución desde que se estrenó con la camiseta de Aspe. El navarro rompió los moldes y dio una vuelta de tuerca a la forma de comprender el Universo Pelota, escenificando una explosividad desatada a la hora de entrar de aire y buscar el remate. Ayer se cumplieron doce años de su primera txapela del Cuatro y Medio. “Juan va más allá de la Triple Corona, de sus títulos o de las victorias y las derrotas. La esencia de la pelota se transformó porque él ha pasado por ella y eso es mucho”, finaliza el creador.