Bilbao - “Siempre he tenido hambre de pelota, pero ahora tengo más que nunca. Tengo mucha hambre”, señala Mikel Urrutikoetxea. El zaratamoztarra volverá mañana a echar mano del pantalón blanco en el frontón Kurtzea de Galdakao, donde será el protagonista de un estelar de campanillas tras casi tres meses fuera de las canchas por una mononucleosis. El delantero se perdió el verano manista, la época más prolífica para los pelotaris, pero regresará para disputar dos envites en un mismo fin de semana. La cancha valorará de modo fidedigno su estado físico después de recibir el visto bueno de los doctores de Asegarce. “Es el momento”, determina el vizcaino, quien agrega que es la “mejor forma” de conocer su situación física y de juego. Se estrenará mañana en terreno galdakoztarra con Beñat Rezusta ante Altuna III-Larunbe. El domingo tendrá otra prueba de fuego en el frontón Artza de Bermeo, donde compartirá gerriko con Jon Ander Albisu ante Elezkano II-Rezusta. Además, la próxima semana está programado en Logroño junto a Jon Mariezkurrena en dos ocasiones.
“Este verano he vivido un poco de todo. Es una época muy bonita para los pelotaris y he sufrido viendo la pelota por la televisión, pero, por otro lado, cuando me diagnosticaron el virus me quedé más tranquilo”, manifiesta el pelotari de Zaratamo, quien agrega que “pasé unas semanas jugando partidos y no era capaz de dar el nivel físico sin saber por qué. No sabía qué me sucedía. Era muy duro. Enterarme de la causa fue un alivio”. Y es que, los análisis decretaron que Urrutikoetxea acumulaba la enfermedad desde abril. El diagnóstico llegó el 6 de julio. El último partido, contra Bengoetxea VI en Muskiz, fue una tortura. Desde entonces, acumula casi tres meses de sequía competitiva. “Habrá quien piense que este virus pasa rápido, pero tiene un efecto importante sobre los deportistas”, relata el puntillero, que se encontró con momentos “malos”. “Tuve sensaciones malas. No tenía fuerzas en las piernas y un día después de disputar un encuentro me sentía muy cansado. Estaba realmente preocupado porque no sabía la causa”, evoca el zaratamoztarra.
Si bien el pelotari ya ha recibido el “visto bueno” de los doctores de la promotora, Urrutikoetxea no se quita las “pequeñas dudas” del regreso. “Me siento un pelín cansado, pero la mejor forma de comprobar cómo estoy es saltando a la cancha”, argumenta. Así, durante la presente semana está realizando entrenamientos “normales”. “No quiero pasarme, ya que tengo dos compromisos el fin de semana. No he querido meter sesiones de más”, añade Urrutikoetxea. En cualquier caso, la evolución del vizcaino se va notando “día a día”.
Con todo, el comienzo será duro: dos pruebas en dos días. “Soy consciente de que tengo poco tiempo para recuperarme, pero he tomado la decisión de volver sabiendo que tenía dos encuentros en un mismo fin de semana y espero encontrarme bien”, desgrana el zaratamoztarra.
Es el momento de volver a disfrutar. Mikel pretende cambiar el signo de lo que vivió las semanas de competición con el proceso vírico encima, que le lastraron en el Manomanista y en el Cuatro y Medio de San Fermín. “Quiero disfrutar de la pelota y no sufrir. Salir a la cancha así provoca una sensación muy mala. Según vayan sucediendo los días me iré encontrando mejor”, finaliza el vizcaino.