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Moscú - Con casi 30 años y una carrera plagada de títulos forjados a base de goles de todos los colores, Robert Lewandowski debuta mañana en un Mundial. En el Spartak Stadium de Moscú y frente a Senegal, la selección polaca inicia su andadura amarrada al momento de su delantero, autor de tres goles en los dos últimos amistosos, de 16 en la fase de clasificación europea, lo que nadie ha logrado en la historia.

Hace dos años, también llegó Lewandowski a Francia con un récord goleador (13 en la fase de clasificación de la Eurocopa), pero llegado el momento decisivo, no fue capaz más que de anotar un tanto. Polonia echó en falta su aportación y cayó en la tanda de penaltis de los cuartos de final contra Portugal.

Lewandowski sabe lo que le espera. “Soy realista, sé que sufriré duros marcajes. Pero puedo ayudar al equipo, crear espacios... Al Mundial llego con menos partidos que los que jugué antes de la Eurocopa. Estoy más fresco”, aseguraba esta semana en una entrevista con FIFA.com. Enfrente, aguarda una selección senegalesa que regresa a la competición 16 años después de su única participación. Entonces, fue protagonista de una de las grandes sorpresas de la historia de los Mundiales, su triunfo sobre Francia, campeona mundial, en el partido inaugural de Corea-Japón 2002 (1-0). El capitán de aquella selección es ahora el dueño del banquillo de Los Leones del Teranga. Aliou Cissé, con 42 años, es el entrenador más joven del Mundial y ha dispuesto un equipo a imagen y semejanza de aquél, en el que ningún futbolista juega en Senegal.

Un grupo físicamente muy fuerte, que hace del contragolpe su mejor arma. “Son muy rápidos, no pierden el tiempo cuando tienen el balón”, advierte Lewandowski.

Saido Mané, avalado por su magnífica temporada con el Liverpool es la gran amenaza africana. - Efe