- A rey muerto, rey puesto. Poco después de que Julen Lopetegui hiciera las maletas y abandonara la concentración de Krasnodar, su sucesor en el cargo, Fernando Hierro, compareció ante los medios de comunicación. El discurso que ofreció en compañía de Luis Rubiales fue de libro. Agradeció el trabajo del técnico vasco durante los dos últimos años, pero no quiso hacer leña del árbol caído. “Es un reto apasionante. Las circunstancias son las que son y acepto esta responsabilidad con valentía. Tenemos un grupo bueno y la ilusión es grande. No podía defraudar”, destacó el nuevo seleccionador de España, que deseó “todo lo mejor” a su antecesor en el cargo.
Hierro, que ha reclutado para su equipo a Carlos Marchena, es consciente de que, a menos de 48 horas para debutar en el Mundial, no hay mucho margen para la innovación: “No se puede cambiar en dos días lo que se lleva haciendo en dos años de trabajo. Tenemos que ser inteligentes y coherentes y de aquí al día de Portugal no tenemos mucha capacidad para cambiar. Lo bueno es que yo he estado presente en todos los entrenamientos”.
El malagueño no quiso mirar más allá de los partidos ante Portugal, Irán y Marruecos, pero dijo sentirse respaldado por los 23 elegidos por Lopetegui. “Les he dicho las circunstancias a los jugadores; puedo mirar a los ojos a todo el mundo. Estoy muy tranquilo y hemos actuado como debíamos actuar. Si realmente estuviera convencido de que no podemos hacer un buen Mundial no estaría aquí. Son maduros y buenos deportistas y saben lo que nos jugamos. Nadie debe dudar de la implicación de los chavales”, enfatizó Hierro, al que no le importaría convertirse en el “Zidane de la selección española”. - DNA