PARÍS - Garbiñe Muguruza tachó con rotundidad una de sus tareas pendiente en el circuito. Le tenía muchas ganas al partido de ayer, a su primer duelo contra Maria Sharapova cuatro años después del último. Nunca había ganado a la rusa, “quería revancha”, y aprobó esa asignatura pendiente. Había derrotado a Serena Williams, a Venus y faltaba por caer la otra gran estrella que queda en el circuito, una jugadora que quiere regresar a su mejor momento. Desde 2014, muchas cosas han cambiado, entre ellas que Muguruza ha crecido en madurez sin perder un ápice de su agresividad.

Además, la de Caracas jugó con esa autoridad que desprende cuando está concentrada y motivada y selló la victoria ante Sharapova por 6-2 y 6-1 en una hora y diez minutos. El partido siguió el patrón esperado, con dos jugadoras que golpean sin preguntar. Y en esa lucha de estilos idénticos Garbiñe Muguruza golpeó siempre primero. Tomó la iniciativa en cada punto y después de anotarse el primer juego en el que Sharapova cometió tres dobles faltas, puso la directa.

La vasco-venezolana disfruta de estos duelos en los que la bola viaja de lado a lado bajo la amenaza de reventar. Más aún si está concentrada, ágil de piernas y certera en sus respuestas. Sharapova solo sumó cinco puntos con el segundo servicio y no halló resquicios en Muguruza, que solo se despistó en el segundo juego del segundo set cuando cedió su servicio en blanco. Esa férrea mentalidad que está exhibiendo en este Roland Garros salió en la respuesta que dio a su peor juego del partido: un parcial de 5-0 que cerró el partido y el pase por cuarta vez a la semifinal de un Grand Slam.

“Ser agresiva es parte de mi juego y cuando juegas con alguien que también lo es, se trata de ver quién toma el mando de los puntos y mueve a la otra, y así fue el partido”, explicó Muguruza tras un triunfo que celebró con mucha contención. Ya ha estado ahí más veces y ahora su objetivo es ganar su segundo Roland Garros. En el camino se encontrará hoy, no antes de las tres de la tarde, con Simona Halep. “Me apetece mucho jugar contra ella porque ahora mismo es, probablemente, la mejor jugadora del mundo”, comentó Muguruza sobre la jugadora rumana, que levantó un set en contra ante Angelique Kerber (6-7, 6-3 y 6-2) y buscará hoy su tercera final en el Grand Slam parisino.

El partido tendrá, además, un premio añadido: el número 1 del mundo. La que gane, lo será el lunes. “El año pasado sí me lo tomaba más en serio y quizá no debía de haberlo hecho tanto. Ya he sido número 1, así que si pasa, genial, y si no, a la semana siguiente habrá otra oportunidad”, señaló la tenista de Caracas sin dar importancia a esa circunstancia porque “yo lo que quiero es ganar partidos. Estar más arriba o más abajo es consecuencia de ello”.

Por otro lado, en el torneo de dobes Lara Arruabarrena y Katarina Srebotnik acabaron su notable participación ya que perdieron en cuartos de final ante la potente pareja checa Sestini-Hlavackova y Strycoca, segundas cabezas de serie, por 6-3 y 6-1.

el duelo de nadal, aplazado Los dos partidos de cuartos de final masculinos tuvieron que aplazarse a hoy por culpa de la lluvia. Rafa Nadal estaba pasando un calvario ante Diego Schwartzman que ganaba por 6-4 y 3-1 cuando el partido sufrió su primera interrupción. El argentino estaba ofreciendo un nivel de tenis extraordinario, con una derecha que lanzaba misiles desde sus 170 centímetros de altura, pero a la vuelta de ese parón el panorama cambió totalmente. Nadal salió desbocado y se anotó cuatro puntos seguidos. La lluvia apareció de nuevo para suspender el juego de forma definitiva. Lo mismo ocurrió con el duelo entre Marin Cilic y Juan Martín del Potro, que iban igualados a cinco en el tie-break del primer set. Ambos partidos se reanudarán hoy a partir del mediodía.