Real Madrid1
Atlético Madrid1
REAL MADRID: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Kovacic (Min. 72, Modric), Lucas Vázquez, Marco Asensio (Min. 72, Isco); Bale y Cristiano Ronaldo (Min. 64, Benzema).
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Lucas; Vitolo (Min. 61, Correa), Saúl, Gabi, Thomas (Min. 82, Gameiro), Koke; Griezmann y Diego Costa (Min. 71, Gabi).
Goles: 1-0, Min. 53; Cristiano Ronaldo. 1-1: Min. 57; Griezmann.
Árbitro: Estrada Fernández (colegio catalán). Amonestó a Kroos y Lucas Vázquez, por el Real Madrid; y a Vitolo, Thomas y Lucas, por el Atlético.
Estadio: Estadio Santiago Bernabéu, 78.769 espectadores.
madrid - El derbi de menor trascendencia de la última década, dejó un bonito duelo de fútbol, repleto de orgullo entre dos estilos opuestos, en el que Jan Oblak frustró la voluntad del Real Madrid y Antoine Griezmann premió la inteligencia del Atlético que aumenta a seis años sin perder en Liga en el Bernabéu.
Era un duelo fuera del foco de la presión y esa liberación impulsó a un derbi más vistoso y trepidante. El Real Madrid, con más horas de descanso tras el desgaste europeo de ambos, apostaba por imprimir un ritmo alto de juego desde el inicio, con una apuesta clara de Zinedine Zidane por extremos y la busca de superioridad en bandas con subidas de laterales o la libertad de movimiento de Bale. El Atlético se defendió, intentó mantener el orden y se dosificó. El momento de intentar golpear ya le llegaría.
El partido nacía con una bonita acción de Bale que sentaba a Godín con un gesto antes de recibir el balón y lanzar la carrera. El Real Madrid corría, le metía velocidad a la posesión y se topaba con Oblak era un muro insuperable.
Un exceso de confianza de Ramos despertó a su rival. Diego Costa marcó y fue anulado por falta, pero el Real Madrid se sentía cómodo, algo poco habitual en los duelos con el Atlético. De primeras conectaban y Cristiano soltaba un latigazo al que respondía Oblak en un bonito pulso. Asensio perdonaba con todo para chutar cuando elegía centrar.
Tras el Camp Nou, donde el Atlético falló en el momento de presentar su candidatura al título, el Santiago Bernabéu era un examen donde debía demostrar. Comenzó a hacerlo pasado el ecuador del primer acto, con un primer intento en el que resbaló Koke cuando metía el susto en la grada. Con la confianza que da tener a Oblak, que sacaba otra a Varane a bocajarro, adelantó la línea de presión y comenzó a incomodar al Real Madrid.
Fue cuando llegó la mejor ocasión rojiblanca del primer acto. Koke dejaba solo a Diego Costa, escorado, que controlaba mal y culminaba peor en el mano a mano ante Keylor Navas. La mano abajo, en el disparo al palo del portero, evitaba el tanto.
Ante el dominio rival pocos equipos tienen una reacción más temida con metros para correr que el Madrid. Marcelo aumenta la velocidad y su intento lo frenó la cruceta, antes de que Oblak cerrase su exhibición con una gran parada ante Carvajal.
los despistes El plan de Zidane estaba al descubierto y Simeone ajustó piezas en el descanso. El Atlético arrancó el segundo acto en su terreno pero cómodo. Su único despiste llegó a los 53 minutos cuando Bale con metros para correr superó a Juanfran y su centro lo enganchó de derecha Cristiano a la red. Era el gol 500 en Liga de la historia de los derbis, el décimo partido consecutivo marcando del astro portugués.
El gol hizo sentir tener los deberes hechos al Real Madrid. Se desconectó de golpe y el Atlético dio un paso firme al frente. Vitolo, que no encontró su papel en el primer tiempo, hizo daño a la espalda de Marcelo. Keylor salvaba la primera al balón picado de Saúl, respondía en la segunda abajo ante Vitolo pero en su rechace nada podía hacer para que Griezmann marcase a placer.
En dos minutos el derbi pudo caer del lado del Atlético que pasó a dominar la medular con Thomas omnipresente, Saúl y Koke liberados. Keylor lo evitaba, salvador ante Vitolo, antes de que los cambios mostraron la trascendencia que tenía el derbi. El primero madridista sentó a Cristiano, algo inaudito; el rojiblanco sentó a un peligro constante como Diego Costa.
Extrañó especialmente el de Zidane, con la eliminatoria ante el Juventus vista para la sentencia, renunció a su mejor rematador. Metió primero a Benzema. El siguiente paso en el cambio del plan trazado era Isco y Modric. La voluntad por vencer fue madridista. Nada pudo mover un empate con el que gana el Barça.