Bilbao - El Parejas es una maquinaria cruel. Muy cruel. Es una tortura de 21 semanas de continuo runrún, traqueteo y vaivenes. Y la preciada txapela de lana negra es el maná de los dioses, la forma de encontrar el Olimpo de las enciclopedias. A un solo encuentro. La reinvención continua. La final, que se disputa hoy en el frontón Bizkaia de Bilbao (17.00 horas), no deja de ser la última prueba de un perpetuo juego de resistencia y supervivencia, en el que entrarán los redivivos Joseba Ezkurdia y José Javier Zabaleta, que se encontraron con un desfibrilador en el frontón La Juventud de Soria, y los regulares Danel Elezkano y Beñat Rezusta. Los delanteros son savia nueva para una competición que es raíz y se ancla en el impenitente paso del tiempo por el rostro de un deporte que pelea por encontrar nuevos horizontes, pero que se abraza a la certeza de que el clasicismo sigue siendo pauta y principio de todo. Un círculo cerrado.
Jokin Etxaniz, director técnico de Aspe, que conoce a la perfección a las dos combinaciones, mira el retrovisor. Bajo el influjo del presente Parejas, los dos potentes binomios se batieron el cobre en tres citas con el mismo final. Elezkano II-Rezusta, líderes de la liguilla de cuartos de final, llegaron al cartón 22. La primera, en Navidad, fue un paseo militar (6-22); la segunda, tres semanas después, tuvo el mismo desenlace pero distinto guion y se debatió por la mínima (21-22); la tercera, ya en semifinales, fue un 18-22 definido por el delantero vizcaino en un monólogo pegador navarro que hizo al Rezusta más olímpico un poco humano. Hubo batalla. El entrenador de Bergara alude a los dos últimos precedentes para establecer su guía sobre el duelo del Bizkaia con las txapelas en juego. “El partido puede ser parecido a los dos últimos”, certifica el entrenador guipuzcoano, que ha testado la confianza de los cuatro pelotaris durante los últimos entrenamientos en Miribilla. “Hay que ver cómo se comportan los dos debutantes. Rezusta y Zabaleta, aunque son jóvenes, parece que tienen más tablas. La clave puede estar en cómo puede aguantar Beñat si los de Sakana castigan atrás. Si es así, habrá que contar con el punto de acierto de Ezkurdia. Danel tiene que entrar y Beñat debe marcar su ritmo para que Elezkano tenga remate. Joseba y José Javier defienden mucho. Bajo mi punto de vista, es importante la zaga y el punto de acierto de los delanteros”, considera Etxaniz.
Con todo, la realidad de dos duetos muy distintos pero llenos de dinamita augura una cita llena de aristas. La explosividad de Ezkurdia y Zabaleta está más que probada, dadas las exhibiciones de sus tres últimas citas. El delantero de Arbizu, cuyo mayor arma es la volea, garantiza trabajo y su compañero en los cuadros largos está en un momento inmenso. En Iruñea asediaron a Rezusta, zaguero de pelotazo nervioso e impredecible, el mejor de los últimos años en su demarcación. Previsiblemente, al zurdo de Bergara le toque ponerse el mono de trabajo y centrarse en la sujección. Armas de sobra. Todo o nada en un solo baile en el filo de un cristal. Únicamente vale el triunfo: lana o plomo.
“Sabíamos que Ezkurdia-Zabaleta formaban una pareja muy poderosa. Tal y como dicen ellos, al principio les tocó sufrir porque regalaron más de la cuenta. Ahora es cuando mejor llegan. En las semifinales se les ha visto bien, frescos de golpe”, desgrana el exprofesional de Bergara, quien asevera que “a Joseba lo que más le ha costado ha sido terminar el tanto”. “Ezkurdia ha trabajado y ha pegado, pero le faltaba definir. Ahora, está mejor, con más confianza. Formaban una pareja potente, pero regalaban y metían a los contrarios. Cuando fallas, te acaba pesando”, asegura el de Aspe. La cuestión es que la tormenta perfecta ha tenido que esperar. Zabaleta comenzó a disipar los vaivenes y la irregularidad enquistada en su propuesta a medida de que la segunda vuelta languidecía y encontraban la solución al sudoku clasificatorio. “José Javier durante estos últimos años había tenido momentos muy buenos, pero ha sido irregular. Le ha faltado la continuidad de una racha larga de juego, bien por las manos o por otras razones. Si no es el zaguero más completo, poco le falta, ya que tiene dos buenas manos, buenas piernas, defiende... Rezusta, por contra, es regular en todos los partidos. A José Javier le faltaba acumular varios partidos seguidos a su mejor nivel, pero está bien”, cuenta Jokin. Asimismo, el entrenador de la promotora de Eibar, que se llevará seguro el cetro a sus vitrinas, recita que “no han hecho un campeonato completísimo. Se clasificaron sufriendo y antes de lo que esperaban. En semifinales, han conseguido dos victorias y una buena fase. Les falta la guinda”.
Domingo de sufrimiento Con el gerriko azul y azufre en las venas, Elezkano II, en la primera ocasión de levantar un título en la élite de la mano profesional, espera un encuentro en el que tendrán que esbozar un cóctel de ataque y defensa. En el Parejas ha dado un paso adelante. Ha crecido. Es carne de horas de tajo, manufactura de frontón. Etxaniz le tutela desde que entró en Aspe en verano de 2016. “Danel ha trabajado mucho y siempre está dispuesto a hacerlo. A la hora de defender, queríamos que confiase más en su derecha. Luego, a la hora de definir es más letal. Antes marcaba muy bien el gancho, pero ahora le da más velocidad. Por otro lado, es un pelotari que le da muchas vueltas a la cabeza. Es importante la confianza con la que se encuentra. Ha ido a más y con confianza parece que todo lo haces mejor. A bote, atrasa bien. Son detalles que se trabajan”, argumenta el preparador. La combinación con Rezusta ha funcionado gracias al clasicismo de su hoja de ruta: pegador y artista. “Es una pareja compensada. Han sabido sufrir y aprovechar los buenos momentos de cada uno. En la primera fase, sufrieron al principio, pero luego si consigues tantas victorias es por algo”, remacha. Lo hicieron: diez de catorce en la primera etapa; después, otras dos para embolsarse el billete a la final. “Es la tercera final consecutiva de Rezusta y es el que está marcando las diferencias en la zaga. En semifinales, Beñat tuvo que sufrir y aguantar mucho. Ezkurdia-Zabaleta le tuvieron K.O., pero sujetó y jugó mucho. Estamos acostumbrados a que pegue, defienda y no falle. Eso no es fácil. Después, igual ha fallado más de la cuenta. Lleva mucho trote”, adjetiva el bergararra. En definitiva: dos propuestas muy distintas que podrán mediatizarse por el peso en las piernas de los delanteros debutantes. La lana de la txapelas espera en Bilbao nuevo asientos.