Como sospechaba, el alavesismo se ha enamorado a primera vista de John Guidetti, uno de esos personajes que hay en el deporte y en la vida que provocan en los otros la predisposición a caer bien. Guidetti podría mirarse en un móvil la brecha que le acaban de abrir y se hablaría de un tipo espontáneo y crack. De un puto amo. Antes de empezar a descubrir al futbolista (una sensible mejora respecto a lo presente), Mendizorroza ya había decidido que el sueco iba a ser uno de sus favoritos. Al Guidetti le precedía su carisma, su absoluto dominio de la escena, un reguero de admiradores en Vigo y hasta una canción que se va a convertir en la estrella de la noche vitoriana. Algunos seguiremos siendo fieles al Macaulay Culkin pase lo que pase. Maradona tuvo que ganar un Mundial para que le hicieran canciones. A Guidetti, como quien dice, le ha bastado con ser un crack de las redes sociales, de la interacción digital y personal con los fanáticos y de las salas de prensa. Cuando lo fichó el Celta, en 2015, la prensa de su país lo catalogaba como “el futbolista sueco más conocido después de Ibrahimovic”. Siempre le decía a mi querido Diego Mariño, aficionado del Celta y periodista, que Guidetti era el Toquero de ellos y un par de partidos han bastado para que se convierta en el nuevo Toquero de Mendizorroza. Toquero y Guidetti son hermanos, aunque uno sea de Ariznabarra y el otro de Estocolmo. La comparación, como se imaginan, no es futbolística, aunque puedan guardar algunas similitudes, salvando las distancias. Los dos son delanteros cuyo mayor déficit (cada uno a su nivel) es la definición, ambos tienen gran recorrido y capacidad de ganar segundas jugadas y les gusta caer a banda. Si esto fuera el FIFA, Guidetti tendría 85 en técnica individual y Toquero 75, pero tampoco están tan lejos en su adaptación a la posición de delantero partiendo desde su falta de gol. Gracias a su conocimiento del juego y derroche palían la mayoría de sus debilidades. En eso son dos gotas de agua. En su capacidad de arrastrar a la grada y convertirse en referentes a base de esfuerzo y dejarlo todo en el campo. Los dos transmiten como solo lo pueden hacer los que se marchan del césped habiéndolo dejado todo. Les salga mejor o peor. El cocktail del nuevo ídolo del alavesismo se completa con una historia digna de contar, con una existencia cosmopolita que le llevó desde Estocolmo a Nairobi para ser un rubio blanquito jugando entre negros en uno de los peores suburbios de la capital keniata. Como ocurría con Toquero, siempre hay un proceso interesante en descubrir al futbolista que hay debajo del movimiento social generado en torno a su figura. En el caso del vitoriano, debajo del toquerismo vimos a un gran jugador de equipo capaz de ser productivo en Segunda y Primera División. Si le quitamos la capa a SuperGuidetti, es fácil identificar a un futbolista que, en primer lugar, ha mejorado la plantilla del Alavés. Este equipo es mejor con Guidetti que sin él. Como Hernán, su fichaje se enmarca en contrataciones que vengan a suplir carencias claras y a mejorar la calidad global de la plantilla, la única solución partiendo de la base de que no puedes fichar estrellas. Como no puedes traer a un nueve de 12 goles en una vuelta, trae elementos que te hagan no necesitar un nueve de 12 goles en una vuelta para salvarte. Además del empujón emocional que es contar con un volcán así en tu bando, futbolísticamente está ofreciendo algunas cosas que el conjunto de Abelardo no tenía. Guidetti le ofrece una presencia física que ni Munir, ni Pedraza, ni Burgui le pueden dar a su equipo. Su corpulencia y vocación luchadora pemiten al Alavés ser directo y buscar segundas jugadas. Su movilidad y su buen entendimiento del juego también son una gran noticia para Munir, capaz de beneficiarse de la capacidad del sueco para fijar centrales cuando está más por el centro pero también de su habilidad para sacar defensas de posición cuando se retrasa unos metros o cae a banda. Tanto Guidetti como Munir son dos atacantes muy difíciles de detectar debido a su dinamismo y movilidad. En los partidos que han compartido vanguardia se empieza a ver ya la compenetración de dos puntas que son mucho más que nueves de referencia. Mucho más que lo que se ve a primera vista sería una gran definición para Guidetti. Desde lo deportivo a lo personal. Mucho más de lo que se puede esperar de un nueve de 1.85. Mucho más que un influencer. Mucho más que una canción. Mucho más que un futbolista...