Bilbao - El entrenador de Orio, aún con el subidón en el cuerpo, ha firmado un regreso glorioso al club de su pueblo.
¿Cómo vivió las primeras horas después de todas las celebraciones por la Bandera de La Concha del pasado fin de semana?
-Sorprendentemente tranquilo. Estoy un poco asustado, porque esto es como la mar, después de la calma viene la tormenta. Tanto física como mentalmente, el lunes fue un día muy tranquilo.
¿No se estará acostumbrando a ganar?
-No lo creo (risas). Cada una de las victorias es muy trabajada y cada una tiene su historia. El hecho de ganar más o menos, no condiciona lo siguiente. Eso sí, cada vez estoy aprendiendo a tomarme esto lo más profesional posible. Evidentemente, hay connotaciones personales que hacen que los sentimientos afloren, pero me lo tomo cada vez con más profesionalidad, incluso estando en Orio. Así, una vez acabado el trabajo, no me está costando demasiado relativizarlo todo un poco.
¿Dónde estuvo la principal clave de su victoria en la Bandera de La Concha?
-La regata y la bandera se decidieron en los tres últimos minutos, pero eso fue una consecuencia de acciones previas. Llegábamos en muy buen momento, hemos dedicado muchas horas desde el mes de diciembre a remar en la mar, nos sentíamos seguros e interpretamos la regata como que no había rivales, sino unas condiciones muy particulares y bastante extremas de la mar.
¿Cuál fue el guion a seguir?
-Nos centramos en hacer todo lo que creíamos que había que hacer para dominar a la mar o, por lo menos, navegar bien. Había un plan hecho en base a lo que pidiera la mar y la clave fue obedecer mucho esa premisa. Sabíamos que a la vuelta podría haber posibilidades, pocas y difíciles, pero había opciones. Para ello, había que llegar sin hipotecar la navegación, embarcando el mínimo de agua, porque eso nos permitiría gobernar la trainera a la vuelta. Desde la remada hasta los reglajes que usamos el domingo, todo fue enfocado a llegar a fuera limpios.
¿Le causó alguna sensación derrotar a Urdaibai en las circunstancias vividas?
-Tengo muchos sentimientos hacia Bermeo y todos buenos. Pero como deportista y competidor, cuando empieza el partido lo tienes que dejar todo a un lado y centrarte en tu equipo, que es lo más importante. Faltaría a la verdad si dijera que me duele más o menos que el segundo sea un equipo u otro y creo que eso no cambia el sentimiento que tengo con Bermeo o con Astillero, porque son muchos años y me han tratado de una manera inmejorable. Eso queda ahí, a pesar de los resultados y siempre está antes y después de la regata, pero en la regata no cuenta.
¿Qué significa conseguir la bandera en su regreso a Orio?
-Se mezclan muchas cosas. Como profesional para mí tiene la misma importancia que conseguirlo con Bermeo, pero como oriotarra y persona que soy, hay sentimientos que van más allá. En Bermeo los sentimientos personales que tenía me venían de las vivencias personales con los bermeotarras, mientras que en Orio es mi trayectoria vital. He nacido y he vivido en Orio y, aunque como entrenador sea igual, como persona evidentemente fue especial y hay sentimientos muy importantes por connotaciones de oriotarra y familiares. Es algo muy íntimo y puedo asegurar que nunca pondré esos sentimientos por delante de lo que es mi faceta profesional.
Un triunfo que le coloca entre los grandes nombres de La Concha con su cuarta consecutiva.
-No sé si es así. No vivo mucho de datos pasados. Cuando nos hagamos viejos del todo los datos ahí estarán y si son reconocibles hay quedarán. Ahora mismo cada año es un reto, una ilusión nueva, un trabajo nuevo y allá donde esté intento dar lo mejor de mí. No sé si esto quedará como algo más, si es así bienvenido sea, pero no es algo que ahora mismo me preocupe demasiado.
¿Aunque todavía no está finalizado el trabajo de este año?
-Si no estamos enchufados ya, nos van a pasar por encima. Hay dos equipos que además de las ganas que tendrán de ganarnos, se están jugando la liga. No tengo ninguna gana de ir a Bermeo a hacer el ridículo.
¿A quién ve como principal candidato a la Corona?
-Si tuviera que apostar por alguien, sería por Urdaibai y además me haría ilusión que fuera el ganador, como persona que soy que he estado en Bermeo. Como hombre de remo pienso que las mayores opciones las tienen ellos.