BENITATXELL (ALICANTE) - Contador, fiel a su perfil de Quijote y a sus hazañas, a sus pasajes de remontadas inopinadas y su espíritu inquebrantable, no se quiere tachar de la lucha por la Vuelta, si bien se encuentra a 3:32 de Chris Froome. Un mundo les separa, el de Andorra. Aún así, el madrileño no renuncia a otro remonte que se antoja imposible. En su discurso después de la tortura de la Cumbre de Sol, donde el británico le endosó otros 22 segundos, Contador no renunció a la Vuelta si bien certificó la dificultad de la remontada. “Imposible no es porque estoy en la Vuelta y estamos todos corriéndola, pero es verdad que es muy difícil porque Froome tiene un equipo potentísimo y la contrarreloj le favorece”. A pesar del mayúsculo reto al que se enfrenta, el madrileño subraya que intenta la victoria “en todas las carreras a las que voy. La principal diferencia con 2012 es que este año Froome tiene un equipo potentísimo que es muy difícil de romper. Este es un deporte que tiene altos y bajos y todo es posible”.

En la Vuelta de su adiós, el deseo y el entusiasmo corretean por las cuerdas vocales de Contador, que no pudo rastrear al líder cuando este despegó hacia el triunfo. Con todo, al madrileño no le torturó ese retraso respecto al líder. Su moral continúa barnizada de optimismo. “Creo que hay que seguir con el depósito de la confianza lleno. No hay que pecar de entusiasmo cuando las cosas van bien ni hundirse si se tuercen un poco”, analizó Contador, al que le faltó reprís en el acelerón de Froome en la Cumbre del Sol. “He hecho la primera parte muy cómodo, pero no he podido salir al cambio de ritmo de Froome. Al principio me ha costado mucho, pero he cogido un poco de aire y he podido acelerar y no perder demasiado tiempo. En cualquier caso, Froome ha demostrado que es el más fuerte”.