Vitoria- Disipada la niebla, en la cresta del Picón Blanco, donde el viento azota con un látigo de frío, el sol se abre paso a codazos y se posa sobre Mikel Landa (13 de diciembre de 1989, Murgia), que entra victorioso, vestido de morado, líder de la vuelta a Burgos. Una serigrafía del Sky le enmarca el pecho. Aún corre para los británicos, pero para entonces no es parte de ellos. Sabe que no seguirá, que su destino está en otro lugar, en el Movistar. Landa se enrosca al podio en Burgos. Recoge todos los maillots posibles en la montaña que vigila Espinosa de los Monteros. Metros más abajo de las celebraciones palpitan las bambalinas de la carrera y el futuro de Landa, la supernova del ciclismo vasco. Eusebio Unzué hace guardia al lado del coche de Movistar, aparcado a un palmo del vehículo del Sky, que aguarda a que Landa tome asiento tras la ceremonia y el control antidopaje. El ciclista se demora. Es 3 de agosto. No coincide con Unzué, pero el destino entre ambos parece sellado. Movistar anunció ayer la contratación de Landa para los dos próximos años. Hasta 2019.

Unzué siempre quiso a Landa, desde que este emigrara a Astana y después recalara en el Sky, su equipo en los dos últimos cursos y que trató de retenerle con una estupenda oferta que Landa rechazó después de la decepción que le supuso compartir plano con Geraint Thomas en el Giro de Italia. El episodio del Tour, completamente supeditado Landa al organigrama encabezado por Froome, subrayó aún más su idea de dejar Sky. Nunca hasta ahora pudo Unzué hacerse con la joya de la corona y su contratación no ha resultado sencilla porque el alavés, codiciado por varias escuadras, tenía claro que solo recalaría en una estructura que no le frenase cuando fuera el más poderoso en la carretera. Esa era la clave de la negociación. “No es tanto la idea de compartir liderato o de que haya gente fuerte en el equipo, que siempre es beneficiosa para conseguir grandes logros, se trata, más bien de que si uno es el más fuerte en la carretera no se le obligará a trabajar para otro”, determinan desde el entorno del corredor, que se encuentra de vacaciones.

Durante el Giro, donde Landa demostró su enorme potencial, -venció en Piancavallo y se exhibió en las montañas italianas- Movistar y el corredor acercaron posturas hasta casi tocarse. Encauzaron la relación, que se certificó del todo ayer a través de un comunicado de la formación telefónica. “Para nosotros es una gran noticia. Por edad y por lo que está demostrando, es el corredor llamado a liderar el ciclismo español durante los próximos años”, se congratuló Eusebio Unzué, el mánager del Movistar. No era para menos porque apenas una hora antes de que la formación española hiciera oficial la contratación de Landa para las dos próximas campañas, Trek y Emirates se interesaron por el alavés después de hacerse eco de unas declaraciones del corredor en las que decía que no había firmado un contrato para 2018. Según ha podido saber este periódico, ambas ofertas superaban con creces la ficha que Landa percibirá en el Movistar. Es más, se estima que las dos escuadras estaban dispuestas a pagar el doble al corredor para convencer al ciclista. Además, el alavés sería el líder único tanto en el Trek como en el equipo de Emiratos Árabes. Sin embargo, el fichaje con el Movistar ya estaba sellado y así se lo hicieron llegar a los dos equipos que suspiraban por el alavés. Astana también trató de seducir al de Murgia.

En la escuadra telefónica a Landa le espera la jerarquía de Quintana y Valverde, aunque se desconoce cuáles serán los calendarios de unos y de otros durante su primera campaña de cohabitación. “Por el momento eso no se sabe, habrá que determinarlo”, exponen desde el entorno del ciclista, que siempre ha mostrado querencia por el Giro, si bien en el Tour mostró su profunda huella. La situación no asusta al de Murgia, que disparó su cotización en la carrera francesa, donde se quedó a un solo segundo del podio en París. “Nunca volveré a estar en un equipo como segundo”, subrayó entonces Mikel Landa cuando se vio frenado por el Sky. Sobre el papel, Quintana es el hombre Tour de Unzué y Valverde es un corredor capaz de brillar en numerosos frentes. En todo caso, la lógica de Landa es clara y además de la ansiada libertad de maniobra cuando sea el más fuerte, el alavés entiende que para poder laminar al Sky solo puede llevarse a cabo enrolándose en un equipo capaz de enfrentarse a Froome y los suyos con más de un corredor para poder maniobrar tácticamente. Aunque con contrato en vigor hasta 2019, en Italia se insiste en la idea de que Quintana podría recalar en Astana y dar vía libre así al crecimiento de Landa en el seno de Movistar. Su elección.

Inicios. Mikel Landa se integró en las filas del Club Ciclista Zuyano a los 13 años. Allí realizaría todo su paso por el ciclismo de base: infantil de segundo año (último de escuelas), dos años como cadete y otros dos como juvenil, donde despuntó al conquistar la Bizkaiko Itzulia. Más tarde, como aficionado, se enroló en el Naturgas, donde mostró su capacidad innata para vencer en la montaña. El triunfo en la Subida a Gorla le subrayó.

Profesionalismo. En 2010 debutó como profesional en el Orbea, de categoría Continental. Recaló más tarde en Euskaltel (2011-2013). Después pasó dos años el Astana (2014-2015) antes de recalar en el Sky (2016-2017).

Palmarés. 2011: Etapa en la Vuelta a Burgos. 2014: Etapa del Giro del Trentino. 2015: Etapa de la Vuelta al País Vasco y 3° en el Giro, más 2 etapas. Etapa de la Vuelta. 2016: 1 etapa de la Vuelta al País Vasco y Giro del Trentino, más 1 etapa. 2017: Etapa del Giro, más general de la montaña.

2º en el Campeonato de España Contrarreloj. 4º en el Tour. Vuelta a Burgos, más 2 etapas.