BILBAO - El escalador Ueli Steck (Langnau im Emmental, Suiza, 1976) falleció ayer en la región del Everest, Nepal. El alpinista suizo sufrió un accidente mientras se encontraba preparando la ascensión al Techo del Planeta (8.848 metros), realizando la travesía Everest-Lhotse, por la poco explorada cresta Oeste. Steck, considerado por los expertos uno de los mejores himalayistas del mundo por su modo de afrontar las expediciones y la dificultad de su propuesta, murió en el Nuptse tras un incidente en la ruta normal de la montaña, a altitud de alrededor 7.200 metros. Los sherpas que se encontraban descansando en el Campo 2 vieron cómo se precipitaba y, aunque seis de ellos partieron para intentar darle ayuda, lo encontraron sin vida. El cuerpo tuvo que ser retirado en helicóptero y fue trasladado desde la zona a Katmandú. Según explicaron desde la empresa Seven Summits Trek, encargada de organizar la expedición del helvético, el escalador sufrió una caída de 1.000 metros y se especula con que pudiera haber sido fruto de un resbalón generado en un descenso a gran velocidad.

Steck se encontraba en el Khumbu con Tenjing Sherpa, que durante las últimas jornadas se había quedado en el Campo Base de la montaña más alta del planeta recuperándose de unas congelaciones, con la idea de repetir la arista de Thomas Hornbein -la más complicada- sin oxígeno suplementario. Entre sus planes entraba también descender el Collado Sur antes de tomar rumbo al Lhotse para cerrar también un récord ahí. El helvético alcanzó el campamento el 12 de abril y ya había pasado dos noches en el Campo 2.

Así, la muerte de la Máquina Suiza, tal y como era apodado por sus grandes capacidades, es la primera que se registra en la temporada primaveral en el Everest.

El alpinista era uno de los deportistas más reconocidos de su país y toda una referencia en el himalayismo. Físicamente dotado de unas condiciones espectaculares, entre sus virtudes estaba la velocidad. De hecho, parte de los récords de mayor trascendencia de su carrera se basaron en la rapidez de sus piernas y reacciones. El 16 de noviembre de 2015 completó la cara norte del Eiger (3.970 metros) sin cuerdas en apenas dos horas y 22 minutos. Ese mismo curso, terminó los 82 picos de los Alpes de más de 4.000 metros en 62 días, moviéndose entre las montañas a pie, en bicicleta o parapente. Asimismo, en 2014 fue reconocido con el Piolet de Oro al completar en 28 horas la cara sur del Annapurna (8.091 metros) en solamente 28 horas. También lo ganó en 2009 por la ascensión en estilo alpino de la cara norte del Tengkampoche. Alejado de los focos y de los medios de comunicación, Steck forjó su leyenda en virtud de las grandes empresas en las que invertía su tiempo y su disciplina.

Por otro lado, Ueli Steck capitaneó el intento de rescate del navarro Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna en mayo de 2008, que no llegó a buen puerto.