Palma de Mallorca - Un partido que disputaban los equipos de fútbol Alaró y Collerense en la categoría infantil tuvo que ser suspendido ayer después de que se iniciara una multitudinaria pelea entre los padres de ambos equipos.
Durante el encuentro, transcurrido en el campo municipal de Alaró, varios padres comenzaron a increparse y a pegarse ante la mirada de los niños que estaban jugando el partido y del resto de asistentes que se encontraban en las gradas.En medio de la pelea, aficionados y familiares pedían a los implicados que parasen ya la “vergonzosa” situación y que tuvieran en cuenta que se trataba de un partido de fútbol.
Horas después, la Guardia Civil recibió tres denuncias por parte de tres padres alegando un delito de lesiones. Las denuncias se enviarán al juzgado de Inca y se seguirán con las diligencias, tomando declaración a las víctimas, que presentan lesiones de leve gravedad, según han indicado fuentes de la Guardia Civil a Europa Press.
Por su parte, el vicepresidente del Govern balear, Biel Barceló, lamentó ayer la pelea y afirmó que “los padres dieron una imagen lamentable”, por lo que espera que la Federación de Fútbol tome las medidas oportunas. “Esperemos que se adopten las medidas oportunas, tanto por aparte del ayuntamiento como de las fuerzas de seguridad y de la Federación de Fútbol”, añadió. En un comunicado, el Consell de Mallorca lamentó estos incidentes, expresando su “rechazo y condena más firme” hacia la violencia y defendiendo los valores del deporte. El presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears, Miquel Bestard, añadió que la violencia en el deporte no es una cuestión que afecta solo al fútbol y ha calificado de “aislado” otro incidente registrado hace pocos días en Mallorca, cuando el joven árbitro Marc Prats fue agredido por un aficionado al finalizar el partido entre el Llucmajor y el Baleares Sin Fronteras. - Efe