VITORIA - Cuando se consiguen los premios después de haber sufrido mucho en el camino para lograrlos estos adquieren un valor todavía más importante y se disfrutan con mayor intensidad. Y sin duda el Alavés disfrutó ayer al máximo de los tres puntos conquistados en Málaga. Porque muy pocos habrían apostado, tal como se desarrolló la segunda parte, por que ese iba a ser el desenlace definitivo de la contienda. Sin embargo, la escuadra de Mendizorroza ha ofrecido sobradas muestras a lo largo del curso de que no conviene darla por muerta antes de tiempo y esa fue sin duda una de las claves para la reacción final. Así lo entendió también Mauricio Pellegrino, que reconoció que el juego desplegado por sus pupilos a lo largo de los noventa minutos no fue precisamente el de las mejores ocasiones.
“Ha habido dos partidos diferentes, uno hasta la expulsión y otro a partir de ese momento. Ahí nos hemos encontrado con problemas y lo hemos pasado mal en algunos momentos porque nos estaban generando superioridades, sobre todo por las bandas donde nos ha faltado un poco más de contención y concentración. Pero hemos sido capaces de tirar de oficio para manejar situaciones complicadas y hemos sido prácticos. Además tuvimos la confianza para buscar salidas en ataque y la efectividad que necesitas para poder ganar un encuentro así. Eso es lo que nos ha otorgado el premio”, resumió el preparador argentino.
El técnico albiazul evitó incluir en su discurso alusiones a los factores imprevistos que alteraron el guion previsto tras el descanso, como la expulsión de Feddal y la lesión de Raúl García, lo que le obligó a realizar sus dos últimos cambios con el único objetivo de reordenar la maltrecha línea defensiva. En lugar de ello, prefirió centrarse en los próximos compromisos. “Ahora hay que mirar hacía delante, son tres puntos importantes, tenemos que seguir mejorando y pensar en el siguiente partido”, concluyó.
Míchel La otra cara de la moneda, evidentemente, la representaba el entrenador del Málaga, que debutaba en el cargo. “Hemos hecho todo para ganar pero también todo para perder porque hemos cometido muchos errores adelante y atrás y ante un equipo como el Alavés eso se paga. Es una derrota dura, cruel y se llevara aquí todo el año me desmoralizaría pero como acabo de llegar no va a hacerme cambiar ni moverme de la línea que he marcado porque creo que en la segunda parte el equipo ha demostrado de lo que es capaz y que tiene capacidad para mucho más”, explicó Míchel.