VALENCIA - “De momento, pensamos que estamos en el camino correcto para llegar al 100% allí”, anunció Nairo Quintana, sonriente tras agitar el champán, la bebida de la felicidad, el elixir del triunfo. El “allí” del que versa el futuro de Nairo Quintana no es un singular, al menos geográfico, porque se instala sobre dos países, cunas ciclistas ambas. El colombiano se refiere a Italia y a Francia, a la primavera y el verano, al Giro y al Tour. Ese es el “allí” que rastrea Quintana en un desafío mayestático, un doble laurel. A ese lugar que no es propiamente un sitio, más bien un hito histórico, quién sabe si un acto de fe, -etéreo hasta que no se posa sobre una vitrina o se escribe en el memorándum del ciclismo en cualquier caso-, se llega a través de Valencia, carrera que hizo suya Quintana con una escritura impecable cuando se elevó la altimetría valenciana. Poderoso, el colombiano tecleó una magnífica ascensión en Mas de la Costa para anunciar sus intenciones.
En el peñasco, una pared que se unía a otra pared, plegó su victoria en la Volta a la Comunitat Valenciana, que se clausuró ayer con el triunfo de etapa de Bryan Coquard (Direct Energie) al sprint en una jornada de poco más de 50 kilómetros por culpa del fuerte viento que hostigó con saña el punto final de la ronda valenciana. La exhibición de Quintana en Mas de la Costa fue una exclamación sobre sí mismo y un mensaje con eco aunque el colombiano no lo entiende en esa clave. “No lo considero una señal hacia mis rivales. Es todavía comienzo de temporada y aquí simplemente se nos han dado bien las cosas y lo hemos aprovechado, pero no significa nada más”. Los vasos comunicantes, sin embargo, existen y el impacto de Quintana ha alcanzado a todos. El colombiano no ha dado opciones al resto y su desafío, si bien repleto de aristas de enorme relieve, poseen sustancia y van impregnadas de ambición aunque Quintana no eleve el tono de voz e introduzca el triunfo dentro del armazón del costumbrismo y la planificación del curso.
“Mi estado de forma al inicio otros años ha sido parecido. Este año tenemos en mente unos objetivos bastante claros, que son el Giro y el Tour y sabemos que acertar con la preparación resultará clave”, expone Nairo con la voz queda, calmada. Valencia acentuó la magnífica puesta en escena de Quintana, sobresaliente cuando el relieve exigía mostrar el caballaje del motor y la batida de piernas, que no entiende de ralentí en un ciclismo que va al galope y en el que cada aparición se disecciona con la atención de un forense en la mesa de autopsias. “Soy uno de los corredores que comienza a ganar en enero o en febrero y que hasta la última carrera del año intenta estar a un buen nivel”, desarrolló Nairo Quintana, que se desembaló del invierno en la Challenge Mallorca, donde se probó con una escapada compartida con Valverde, antes de elevar los brazos en Valencia, primer examen con cierta jerarquía.
El cum laude de Quintana, pone a colombiano sobre la buena senda. “Estoy muy contento con esta victoria. No creo que haya sido un triunfo más fácil que otros. Después de tantos meses sin competir, la crono por equipos fue un día duro y con las diferencias que se marcaron creíamos incluso que sería complicado acceder al liderato. El resto de días no fueron fáciles, siempre con viento, con tensión?”, enumeró el líder del Movistar sobre una carrera que sentenció en Mas de la Costa. “Quizá se hizo menos difícil (que en la Vuelta) porque llegué muy entero a la subida final gracias al trabajo del equipo y luego pude rematar bien”, expuso el colombiano, que descansará unos días antes de retomar la competición en Abu Dhabi y después en la Tirreno-Adriático. Dos lugares de tránsito en su recorrido. Un hombre y dos destinos. El carril de Quintana.
General final
1. Nairo Quintana (Movistar)15h.21:49
2. Ben Hermans (BMC)a 13’’
3. Manuel Senni (BMC)a 32’’
4. Wouter Poels (Sky)a 52’’
5. Dan Martin (Quic-Step)a 1:09