GASTEIZ - El Torneo de las Seis Naciones de 2017 marcará un antes y un después en la historia de esta competición. El campeonato que reúne a las mejores selecciones de rugby de Europa abandonará este año su tradicional sistema de puntuación para adaptar el mismo modelo que se utiliza, por ejemplo, en el Campeonato del Mundo, en la liga inglesa, en el Pro 12 -que reúne a las franquicias de Irlanda, Gales, Escocia e Italia-, o en la liga española.
Hasta la temporada pasada, la victoria en el Seis Naciones se premiaba con dos puntos, y el empate, con uno. A partir de ahora, el triunfo pasará a otorgar cuatro puntos, y un partido empatado, dos. Además, habrá puntos extra en función de los marcadores. El equipo que anote cuatro ensayos o más durante un encuentro recibirá como recompensa un punto (bonus ofensivo), y el que pierda por siete tantos de diferencia o menos, otro punto (bonus defensivo). El equipo que consiga el Grand Slam -el pleno de victorias- también será recompensado con tres puntos extra para evitar posibles empates con equipos que no hayan ganado todos los partidos, pero que empaten a puntos gracias a los bonus.
En principio, el nuevo sistema de puntuación está a prueba y la organización no descarta volver al modelo anterior en el futuro. Uno de los atractivos de la puntuación tradicional consistía en que era frecuente llegar a la última jornada del torneo con el campeón todavía por decidir. Esta circunstancia podía deparar algunos duelos directos, como el grandioso Gales-Inglaterra de 2013 (30-3), o bien convertir esta última jornada en un festival atacante para que dos equipos empatados a puntos hicieran valer su mejor average. En cualquier caso, las novedades en la puntuación no han cambiado la condición de favorita de Inglaterra. El último vencedor del torneo completó un 2016 perfecto, aunque las bajas y el calendario no le ayudarán a reeditar el título.
El telón de esta nueva edición se abrirá mañana con un interesante Escocia-Irlanda que servirá para testar el estado de forma de ambos equipos (15.25 horas). Después llegará el Crunch, el clásico entre las dos selecciones más laureadas de este torneo en el siglo XXI, Inglaterra y Francia, en Twickenham (17.50 horas). Y, el domingo, Italia recibirá a Gales en un choque en el que los galeses parten como claros favoritos (15.00 horas).
En plena racha
Inglaterra no conoce la derrota desde que el técnico australiano Eddie Jones se hizo cargo del equipo. En 2016, el XV de la Rosa se adjudicó el Torneo de las Seis Naciones con pleno de victorias incluido, un logro que no sucedía desde 2003. Pero la racha no acabó ahí. El combinado inglés terminó ganando los trece encuentros disputados el año pasado y se aupó al segundo lugar del ranking mundial. Los ingleses, por ejemplo, fueron capaces de ganar a Sudáfrica por primera vez en diez años o de conseguir tres triunfos consecutivos frente Australia como visitante
En teoría, el calendario de esta edición no favorece a Inglaterra, ya que tendrá que jugar a domicilio frente a Gales e Irlanda. Y este choque ante los irlandeses, en la última jornada, podría resultar decisivo. Jones, además, no podrá contar con los terceras Robshaw y Billy Vunipola o el tres cuartos Manu Tuilagi, aunque recupera a James Haskell -flanker u ocho-. Owen Farrell y George Ford volverán a ser decisivos, tanto en su faceta de pateadores como en las labores de dirección del equipo.
Cambios en la dirección
El segundo clasificado del pasado año afrontará el torneo bajo la dirección de Rob Howley, sustituto provisional de Warren Gatland, ahora seleccionador de los Lions. Además, el segunda Alun Wyn Jones relevará como capitán a Sam Warburton.
El juego y los resultados de los galeses están generando muchas dudas, pero nadie se atreve a apartarlo del grupo de aspirantes al triunfo si fallan Inglaterra o Irlanda. El XV del Dragón, además, se medirá en casa a los otros favoritos.
La alternativa
El XV del Trébol, campeón en 2014 y 2015, cuajó una floja actuación en 2016 que le llevó a la tercera plaza de la clasificación. Los irlandeses, sin embargo, se llenaron de moral durante los test matches de noviembre, cuando fueron capaz de batir a los hasta entonces todopoderosos All Blacks ante el asombro del resto del mundo (40-29). En 2016, además, también derrotaron a Australia y Sudáfrica. Ahora, los jugadores de Joe Schmidt se presentan como el principal rival de Inglaterra en este torneo. En teoría, los irlandeses tienen un único desplazamiento complicado, a Gales, y reciben en Dublín a Francia y, en la última jornada de competición, a Inglaterra. El apertura Jonathan Sexton será baja ante Escocia.
Tiempo de optimismo
“Definitivamente, esta es la mejor selección de Escocia de la que he formado parte”. La semana pasada, Greg Laidlaw, capitán y medio melé del XV del Cardo declaraba abiertamente su optimismo sobre las posibilidades de su equipo. Las actuaciones de los Glasgow Warriors en la Champions Cup también alimentan la confianza de los escoceses y, en su último año al frente de Escocia, el seleccionador Vern Cotter aspira a mejorar incluso la cuarta posición de 2016, cuando ganaron a Francia y la superaron en la clasificación. Eso sí, desbancar a Inglaterra, Gales o Irlanda parecen palabras mayores. Este año, además, Escocia tendrá que viajar a París, aunque jugará como local ante Italia.
La eterna incógnita
Hace tiempo que Francia no rinde a la altura de su teórico potencial. El año pasado, en el primer torneo de Guy Novès al frente del XV del Gallo, el combinado francés terminó quinto. En 2015 y 2014 fue cuarto y en 2013 terminó en una humillante sexta plaza. La afición del país galo parece haber recuperado la fe en su equipo tras los resultados de noviembre, pero resulta muy difícil creer que el conjunto francés pueda luchar por el título o por la segunda posición del torneo. Eso sí, Francia sigue teniendo jugadores con calidad y en cantidad.
Los galos abrirán el torneo en Twickenham, y también tendrán que visitar Roma y Dublín, mientras que jugarán en casa frente a Escocia y, ya en la última jornada, ante Gales.
Los vascos Camille Lopez y Arthur Iturria están entre los convocados.
Relevo en el banquillo
El irlandés Conor O’Shea cogió él testigo de Jacques Brunel como seleccionador de Italia el año pasado con resultados dispares, y ahora afronta su primera participación en el Seis Naciones con el único objetivo de evitar la última plaza. Desde que ingresó en esta competición, en 2000, el combinado transalpino ha sido colista en once de las 17 ediciones, entre las que ha merecido la cuchara de madera en seis ocasiones, la última el año pasado. En 2011 y en 2013, los italianos fueron capaces de ganar a Francia, pero no terminan de consolidar su mejoría y alternan éxitos y pasos atrás. Si el buen momento de los escoceses se confirma, Italia parece condenada a volver a ser colista. Los transalpinos deberán intentar sumar cada bonus del nuevo sistema para tratar de evitar esta última plaza.