La historia de la NBA está compuesta por el legado de sus leyendas y por los hitos conquistados a lo largo de su historia, de gestas y éxitos que, generación tras generación, van siendo superados por simple cuestión evolutiva, de marcas que parecen inabordables pero acaban siendo devoradas por jugadores con alma de depredador. Sin embargo, sigue habiendo proezas que se mantienen inalterables, que se resisten al voraz apetito de las jóvenes camadas. Ahí están, por ejemplo, los once anillos conquistados como jugador de los Boston Celtics por Bill Russell, los 100 puntos anotados en un partido por Wilt Chamberlain en 1962 o los 38.387 que amasó a lo largo de su carrera Kareem Abdul Jabbar.
Kobe Bryant firmó 81 puntos en su mágica noche de 2006 contra los Toronto Raptors pero incluso así se quedó lejos de la extraordinaria centena de Goliath, LeBron James debería alargar su prodigiosa carrera por lo menos hasta 2022 si quiere limar los poco más de 11.000 puntos de ventaja que le lleva a día de hoy el inventor del mítico sky hook, pero el que actualmente coquetea con derribar un registro que parecía que iba a ser imposible de alcanzar es Russell Westbrook. El explosivo base de los Oklahoma City Thunder está en disposición de emular a Oscar Robertson como único jugador de la historia en promediar un triple-doble durante toda una temporada, ya que en los primeros veinte encuentros del presente curso -sin tener en cuenta lo acontecido esta pasada madrugada ante New Orleans- presenta una hoja de servicios increíble: 31,2 puntos, 11,3 asistencias y 10,5 rebotes por cita.
Desde que Big O, uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA, lo lograra en la temporada 1961-62 (30,8 puntos, 12,5 rebotes y 11,4 asistencias), en su segundo curso como jugador profesional, nadie había logrado ni siquiera acercarse a semejantes cifras. Basta con recalcar que Westbrook es el primer jugador que en los últimos 55 años consigue promediar un triple-doble en un mes natural (29,8 puntos, 10,2 rebotes y 11,2 asistencias en noviembre, alcanzando los dobles dígitos en estas tres parcelas estadísticas en sus cuatro últimos partidos). La marcha de Kevin Durant a los Golden State Warriors ha dejado a Westbrook como gran punta de lanza de los Thunder y el base californiano está respondiendo con creces. Segundo mejor anotador de la liga solo por detrás de Anthony Davis (31,5 a 31,2 por partido), segundo también en asistencias casi al mismo nivel de James Harden (11,8 por 11,3) y décimo en rebotes, su nivel de dominio en los partidos está siendo abrumador.
Siempre a la sombra de Durantula desde que aterrizara en la NBA en 2009 procedente de la universidad de UCLA, su actual despliegue físico, las dosis de intensidad que imprime a los partidos y el nivel de intensidad que inyecta a todas y cada una de sus jugadas es algo casi nunca visto en la NBA. Westbrook juega como si cada una de sus acciones fuese la última. Así, literal. Corre cada contraataque como si no hubiera un mañana, lucha a brazo partido por cada rebote sin que le importe oponer su escaso 1,90 de estatura contra armarios de 2,13 y busca el aro rival con tal ímpetu que en muchos de sus mates parece que los aterrizajes van a ser accidentados. Juega como si estuviera poseído. Solo así pueden explicarse sus números de otro planeta.
Lo logrado hasta ahora por Westbrook ya tiene su parte de leyenda, ya que ningún jugador desde Robertson había logrado promediar un triple-doble con el mes de diciembre ya en curso, pero la pregunta es obvia: ¿Conseguirá mantener este sideral nivel durante toda la campaña? Al tratarse de un base, evidentemente donde más peligro hay de que sus registros caigan es en la parcela reboteadora. De hecho, Westbrook sería el jugador más bajo de la historia de la NBA en promediar dobles dígitos en el capítulo de rechaces, batiendo a Cliff Hagan y Paul Arizin, ambos de 1,93 de altura, que lo lograron en la prehistoria de la competición, en 1960 y 1951 respectivamente. Desde la fusión entre la NBA y la ABA de 1976 que acabó dando forma a la actual competición estadounidense, el jugador más bajo en promediar más de diez rebotes por partido ha sido Charles Barkley, con su 1,98 oficial.
En la lucha de Westbrook por emular los registros de Robertson, los medios estadounidenses hacen hincapié estos días en que aquellos Cincinnati Royals del curso 1961-62 promediaron 124 posesiones de balón por partido, 25 más que los Thunder de Westbrook, y que Big O jugaba una media de 44 minutos por los 35 del californiano. ¿Cuáles serían sus números en el ecosistema de su antecesor? 46,6 puntos, 17 asistencias y 15,6 rebotes. Así de brutal es Westbrook.