GLASGOW - El FC Barcelona, que recupera a Leo Messi, tiene hoy en Glasgow la primera oportunidad para certificar su pase a los octavos de final, hecho que no se le presenta nada difícil, y además hacerlo como primero de grupo, para lo cual depende de lo que acontezca en el Borussia Park, donde el Manchester City juega contra el VfL Borussia Mönchengladbach. El equipo de Luis Enrique Martínez lo tiene todo a tiro, para plantarse por decimotercera vez consecutiva en los octavos, ya que se medirá en la quinta jornada del grupo C ante un Celtic que llega a la recta final como el único conjunto del grupo que no conoce la victoria, con sólo dos empates y casi desahuciado de la actual Liga de Campeones.
Precisamente con el Celtic de Glasgow, el Barça abrió la competición en septiembre, con la mayor goleada que el equipo escocés ha recibido a domicilio en Europa, ya que el 7-0 (tres goles de Messi, dos de Suárez y uno de Iniesta y Neymar) dejó sin argumentos a un rival que vive dos realidades muy diferentes.
El Celtic es un martillo pilón en la liga escocesa (líder e invicto), pero su papel cambia cuando mide sus fuerzas en el Continente contra rivales claramente superiores. El Barcelona-Celtic se ha convertido en un clásico en los últimos años, ya que esta no ha sido la primera vez que ambos equipos han quedado emparejados en la fase de grupos de la Liga de Campeones. De todas ellas, el Barcelona ha sido claro dominador, a excepción de uno de los momentos más importantes de los últimos años vividos por la afición del Celtic, cuando en la temporada 2012-13 acabó celebrado una victoria (2-1) contra el equipo entrenado por entonces por Tito Vilanova. - Efe