Donostia - Txema Olazabal, doble campeón del Masters de Augusta y victorioso capitán del equipo europeo de la Ryder Cup en 2012, regresa esta semana a la competición en el British Masters tras 18 meses retirado.
A lo largo de sus 31 años en el Circuito Europeo, el hondarribiarra se ha visto obligado a retirarse durante varios y largos periodos debido a una artritis reumatoide contra la que ha tenido que batallar en distintas etapas de su vida. El guipuzcoano ha ganado 35 títulos internacionales en su historia, 23 de ellos en el Circuito Europeo, y considera su segundo Masters de Augusta, en 1999, como el mayor triunfo sobre la adversidad, ya que unos meses antes tuvo que luchar contra una lesión del pie que casi acaba con su carrera.
Olazabal cumplió 50 años en febrero y puede participar en el Circuito Senior (veteranos), pero en las próximas semanas decidirá su futuro deportivo tras permanecer alejado de la competición desde el Masters del 2015. “Vuelvo a competir con ilusión. Quiero comprobar cómo aguanta el cuerpo en la vuelta a los ruedos: 18 hoyos, como entrenamiento, será un buen test para saber si aguanto todo el día de pie. Últimamente he jugado 18 hoyos dos días, nueve otros dos días, ayer hice 18, así he ido intercalando”, comenta el guipuzcoano.
“Me he inscrito en el British Masters y el Portugal Masters”, añade, “porque son los dos últimos torneos de la temporada que puedo jugar. Quiero probarme estas dos semanas pues de ello dependerá mi decisión de cara al año que viene; no sé si seguiré jugando el Tour Europeo o probaré suerte en el Champions tour, ya veremos...”.
El jugador vasco explicó sus dolencias: “Toqué fondo en diciembre y a partir de enero empecé a notar una ligera mejoría; ha sido un proceso lento, una inflamación de las terminaciones tendinosas que se insertan en la articulación. Voy mejor y, aunque no estoy al cien por cien, los dolores van disminuyendo. Sigo teniendo pequeñas molestias, pero esas ¡ya forman parte del carnet de identidad!”.
lesiones Tras ganar su primer Masters en 1994, Olazabal tuvo que retirarse durante 18 meses mientras se recobraba de una poliartritis reumatoide que le hizo temer no solo que su carrera golfística había llegado a su fin, sino que tendría que utilizar una silla de ruedas el resto de su vida; a pesar de ello, no dejó de luchar y volvió a ganar la segunda chaqueta verde en 1999. El de Hondarribia no juega el British Masters desde 2004 y confía en que su reaparición no cause alboroto; no es ajeno a los regresos; y de darle la vuelta a la situación, sabe más que nadie: en la Ryder Cup 2012 en Medinah protagonizó, probablemente, la mayor gesta de la historia del golf al superar su equipo un déficit de 10-6 en los enfrentamientos individuales del último día y se trajo el trofeo a Europa.
Ahora que se prepara para otra “vuelta”, bromea sobre sus hazañas y piensa que tal vez hayan sido olvidadas después de tan prolongada ausencia: “Me gustaría que mi vuelta fuese lo más discreta posible. Yo ya no soy noticia, la buena noticia son los babies de hoy en día: Rory McIlroy pegando un Drive de 388 yardas, Brooks Koepka con un hierro cuatro a 224 metros, tiros extraordinarios a bandera. Menudos castañazos, ellos sí que son noticia y lo demás, tonterías”.
“Llevo tanto tiempo sin competir que cuando llegue al campo de prácticas en The Grove y Oceânico Victoria me tendré que presentar: Hola, soy Jose Mari, encantado de conocerte”, bromeó. - Efe