Madrid - El partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones propone hoy un enorme desafío para Atlético de Madrid y Barcelona en el Vicente Calderón, con ventaja azulgrana, con ánimos contrapuestos, con el pase a semifinales para el ganador y sin consuelo para el perdedor.

El 2-1 del encuentro de ida de hace una semana en el Camp Nou mantiene todo abierto para el vibrante choque de mañana, pone parte del foco en el prestigioso árbitro italiano Nicola Rizzoli, tras la polémica actuación del alemán Félix Brych en el primer duelo, y multiplica la emoción, la tensión y la pasión de un partido vital.

En juego está la continuidad en la Liga de Campeones, la competición de las competiciones de clubes en la que sólo seguirá uno de los dos y un torneo que ambicionan ambos equipos en esta temporada mientras interrumpen su carrera por la Liga para centrarse en noventa minutos definitivos para Atlético de Madrid y Barcelona.

Leo Messi, Luis Suárez, Neymar, Iniesta, Busquets, Mascherano o Piqué contra Griezmann, Koke, Godín, Carrasco o Jan Oblak; un duelo a todo o nada con la ventaja para el conjunto azulgrana, con las obligaciones de marcar gol rojiblancas y con un Calderón lleno.

Después de haberse mostrado intratable en la Liga y en la Champions, de haber acumulado 39 partidos sin perder, de que su tripleta de delanteros batiera todos los récords goleadores y de que su fútbol fuera inmaculado, los azulgrana entraron en depresión y ahora mismo es difícil establecer un diagnóstico preciso. El Atlético, por contra, irrumpe en el tramo final del curso con determinación. Sus dos victorias seguidas en la Liga más su potente primer tiempo en el Camp Nou y su explosión goleadora de las últimas semanas reafirman al equipo rojiblanco. - Efe