Vitoria - Para que un evento de la magnitud del Triathlon de Vitoria pueda volver a sacar pecho en su novena edición hace falta, además de presupuesto y organización profesional, un ejército de voluntarios entregados a una causa común como es la afición por este tipo de pruebas. El que desde el pasado jueves comanda Eduardo Martínez está formado por casi 500 voluntarios que forman parte a su vez de una mastodóntica estructura donde son necesarias 1.200 personas para que el más mínimo contratiempo tenga solución inmediata.

Así, por ejemplo, avanza el promotor del Triathlon, solo en el área de ciclismo se movilizarán mañana unas 300 personas entre radioaficionados, alumnos y profesores de la Academia de Arkaute, motoenlaces y voluntarios que suministrarán el avituallamientos a los ciclistas en los puntos de Marieta, Zurbano o Agurain. De que todo transcurra con normalidad en el circuito a pie se encargarán otros 80 voluntarios, que evitarán posibles confusiones en cruces y desvíos por parte de los atletas, mientras que en el sector de natación, tanto en la entrada como la salida de Landa, colaborarán otras 40 personas. Ya en el circuito urbano de la capital, sobre todo en sus cinco zonas de avituallamiento, miembros de Infisport o el club Arabatri ayudarán a repartir en dos turnos los alimentos y bebidas previstos, quedando el resto del voluntariado repartido entre los que se encargan desde hace días del montaje de stands, escenarios, vallas y demás (son unos 150). Capítulo aparte merece atención el personal sanitario que la organización pone a disposición de todos los participantes. Desde el hospital de Txagorritxu, por ejemplo, acudirán a lo largo de todo el día de mañana una decena de médicos y un equipo de enfermeras, además de 50 miembros de la DYA. En las aguas del pantano, ocho zodiacs velarán a su vez por la seguridad de todos los nadadores. - A. Goñi