Madrid - El Elche espera que el viernes el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) resuelva sobre el recurso presentado, en el que solicita la suspensión cautelar de su descenso a Segunda A decidido el pasado día 5 por el juez de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por las deudas que el club franjiverde tiene con Hacienda.
Sin embargo, el club ilicitano recibió ayer un papel del citado TAD, en el que le deniega su solicitud porque, argumenta, “no queda acreditado perjuicio” con el descenso. En consecuencia, y a la espera de la confirmación oficial, se mantiene la sanción del juez de la LFP. Contra la misma el Elche podrá interponer recurso contencioso-administrativo ante el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo en el plazo de dos meses desde la notificación, opción que llevará a cabo.
Lo cierto es que desde ese pasado día 5 del Elche está en una especie de limbo que le mantiene prácticamente paralizado a la espera del ansiado perdón por sus pecados con el fisco. Pero si el club alicantino lleva 23 días sufriendo las consecuencias de la incertidumbre, el Eibar contabiliza un mes en idéntica situación, descendido por demérito deportivo tras la conclusión del campeonato liguero, aunque después se encontró otra vez en Primera por la vía de los despachos. Sin embargo, tras la euforia inicial, la estupenda noticia se descompuso con el recurso del Elche, lo que dio paso también a la incertidumbre y de ahí a la parálisis.
Los jugadores del Eibar están citados el próximo 6 de julio para comenzar a preparar la temporada 2015-16, en Primera. O en Segunda. La diferencia es considerable, desde luego. Comenzando con los recursos para elaborar una plantilla adecuada a cada categoría y con el nombre del entrenador. Porque, por no tener, el Eibar carece hasta de técnico. Aunque ha llegado a un acuerdo con José Luis Mendilibar, la desvinculación de Gaizka Garitano quedó en suspenso tras el descenso administrativo del Elche, que activó una cláusula de su contrato que lo renovaba automáticamente si seguía en la Liga BBVA. Garitano todavía no ha firmado el finiquito y reclama una indemnización de 500.000 euros.
Acuerdo con hacienda Con el paso de los días, el pesimismo se fue acentuado en el Eibar desde que el Elche hizo efectivo el pasado día 17 el pago de la deuda inaplazable con la Agencia Tributaria, 3.592.387 euros, y cerró un calendario para abonar el resto, unos 2,5 millones de euros, antes del 20 de diciembre. Con el certificado positivo de Hacienda, el club ilicitano recurrió al TAD.
El Elche y el Ayuntamiento de la ciudad han convocado para el próximo jueves una manifestación reclamando justicia, no sin antes recordar que en circunstancias similares el Celta y el Sevilla consiguieron hace veinte años, mediante la presión popular, su readmisión en la máxima categoría futbolística, propiciando la liga con veinte equipos, formato que desde entonces perdura.
Con todo, los problemas del Elche están lejos de solucionarse. Debe dinero a empleados y jugadores y no ha tenido otra que permitir la marcha de Fran Escribá, el entrenador milagro, que ha fichado por el Getafe sin tener que pagar el millón de euros estipulado por rescindir unilateralmente su contrato si el Elche, que debe al técnico una cantidad similar, sigue en Primera.
En las dos primeras semanas de campaña para renovar los abonos ilicitanos, el club alicantino apenas ha captado a 600 personas, cuando en la última campaña tuvo 25.000. El fracaso es evidente, entre otras razones porque el precio de los abonos están pensados para la máxima categoría, el desencanto de una afición cansada de la mala gestión y la incertidumbre sobre el futuro. No en vano el Elche, además, ha solicitado acogerse al concurso de acreedores.
Por encima de la resolución del TAD, esa circunstancia provoca muchos recelos en el Eibar. Juanjo Álvarez, catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU y exjugador del equipo armero, explica la lógica de esta maniobra: por un lado, se salvaguarda los patrimonios personales de los nuevos directivos del Elche. Y por otro, el juez de lo Mercantil que se haga cargo del tema lo más lógico es que opte por la suspensión cautelar del descenso, porque el fin último del concurso es obtener más dinero para saldar las deudas. Y eso se logrará si el club levantino se mantiene en Primera.
Julio Martínez, director de Planificación y Gestión del Elche, calificó ayer de “sorprendente” la resolución del TAD de denegar la suspensión cautelar del descenso al club, además de censurar su filtración, porque, entiende, “no tiene ni pies ni cabeza”. Martínez anunció que si el TAD resuelve el viernes y su fallo es desfavorable a los intereses del Elche, el club recurrirá el 6 de julio a la justicia ordinaria para pedir la suspensión cautelar del proceso.
Es decir, tanto el Elche como el Eibar seguirán anclados en el limbo.