"El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania". La famosa frase la pronunció Gary Lineker en el Mundial de Italia'1990, después de que el combinado inglés perdiera en semifinales frente a la escuadra alemana en la tanda de penaltis tras disputar un memorable encuentro, probablemente el mejor que hubo en aquella cita mundialista caracterizada por la escasez de goles y el rigor de los sistemas defensivos.
Y efectivamente. Cuatro días después, el 8 de julio de 1990, Alemania, que entonces y hasta cuatro meses después en el que cayó el Muro de Berlín y se reunificó el país jugaba bajo la denominación de República Federal, se impuso a Argentina en la final con un gol anotado de penalti por Andreas Brehme en el minuto 85.
Alemania conquistaba su tercera y última Copa del Mundo, pero su huella en la gran competición futbolística es profunda. Porque, además de los tres títulos que adorna su palmarés, figuran cuatro subcampeonatos.
En total, Alemania ha disputado la friolera de siete finales mundialistas, las mismas que Brasil, que sin embargo colecciona dos estrellas más en su rico currículo.
Brasil cumplirá el próximo lunes, frente a Camerún, su partido número cien en las citas mundialistas, pero en esto se le adelanta la selección germana, que hoy alcanza tan redonda cifra midiéndose a Portugal en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía.
Será el primer equipo nacional que alcance semejante cifra después de haber estado presente en dieciocho de los veinte mundiales organizados hasta ahora. Y de haber llegado tan lejos. Alemania tan solo faltó a dos citas y por motivos extra deportivos.
De la primera, Uruguay'1930, se borró pretextando el largo viaje, en barco, hasta el país suramericano, a pesar de que el país charrúa se hacía cargo de todos los gastos y estaba dispuesta a compensar a las selecciones participantes en un intento por prestigiar el torneo. Además, tanto Alemania como la gran mayoría de las selecciones europeas no aceptaron la invitación por una cuestión de orgullo absurdo, ya que consideraron inapropiado que el primer gran torneo futbolístico se disputase fuera de Europa, sobre todo Inglaterra, la cuna de este deporte.
La ausencia del Mundial de Brasil'1950 tuvo connotaciones muy diferentes. Alemania había perdido la Segunda Guerra Mundial, quedaba partida en dos, la heridas del conflicto aún supuraban y no estaba para acontecimiento lúdicos. Pero el motivo principal de su ausencia fue la prohibición de la FIFA como señal de repudio a los crímenes nazis.
En cifras, su presencia en el torneo se resume en 99 partidos, con 60 victorias, 19 empates y 20 derrotas; 206 goles a favor y 117 en contra.
Brasil, con dos partidos menos, acumula 68 triunfos, 15 empates y las mismas derrotas, veinte, con 213 tantos a favor y 89 en contra, contabilizando el encuentro del presente Mundial disputado el pasado jueves ante Croacia (3-1).
Italia, que ha disputado también dieciocho mundiales, ocupa la tercera posición en el ranking, pero distante de alemanes, aunque tiene una Copa del Mundo más, y brasileños.
Los días más gloriosos Alemania, además de ser junto a Brasil la selección que más finales mundialistas ha disputado en la historia, fue la primera selección que lideró el Ránking FIFA, ocupando el primer puesto durante 1993 y 1994. Actualmente detenta el segundo lugar, con un sexto puesto global desde la instauración del escalafón.
Además de sus tres títulos mundiales, palmarés únicamente superado por Italia y Brasil, es la selección que más veces ha ganado la Eurocopa junto a España, con tres títulos, aunque ha jugado otras tres finales.
Su primera gran epopeya futbolística ocurrió en el Mundial de Suiza'1954, una vez readmitida por la FIFA. La efemérides pasó a la historia como el Milagro de Berna ya que, contra pronóstico, doblegaron a Hungría bajo la guía de Fritz Walter, convertido en el gran mito del fútbol alemán. El formidable equipo magiar, con Ferenc Puskás o Zoltán Czibor en sus filas, aunque habían vencido de paliza a los germanos en la fase previa (8-3), claudicó ante el empuje y determinación de los germanos (3-2), una de las constantes con las que han labrado su leyenda de campeones, como bien definió Gary Lineker desolado por haber perdido aquel partido jugando tan bien.
Alemania ganó su segundo entorchado en el Mundial organizado en la República Federal, venciendo a la Holanda de Cruyff y el fútbol total (2-1). El tercer título tardó sin embargo en llegar, y lo hizo con Frank Beckenbauer de entrenador en Italia'1990.
Pero no siempre tuvo razón el eficaz delantero británico del Barcelona con su lapidaria frase. Porque Alemania llegó a la final, para perderla, en otras cuatro ocasiones. La primera en Inglaterra'1966, donde fueron superados por los anfitriones (4-3). La segunda ocurrió en España'1982, frente a Italia (3-1); la tercera cuatro años después, en México'1986 contra la Argentina de Diego Armando Maradona (3-2); y la cuarta en el Mundial de Corea del Sur y Japón'2002 contra Brasil (2-0).
El peor resultado mundialista de Alemania ocurrió en Francia'1938. Acabó décima entre quince participantes. Y Hittler se puso muy furioso.