Río de Janeiro - Argentina pondrá en juego desde hoy su ilusión de título frente a Bosnia-Herzegovina en un gran desafío para su selección, que hace catorce años no logra superar los cuartos de final en un Mundial. Con Lionel Messi como principal abanderado y líder de esta generación, el equipo albiceleste intentará forjar un nuevo destino tras duros reveses en las competencias internacionales. Las dos medallas doradas consecutivas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Pekín 2008 son las únicas conquistas en dos décadas con desilusiones a nivel continental y mundial.

Sin títulos de una selección europea en un Mundial disputado en suelo americano, Argentina está llamada a ser uno de los protagonistas de este torneo que se disputa en el territorio del eterno rival continental, Brasil. Tras una eliminatoria sudamericana en la que se impuso con holgura, el Mundial es la medida perfecta para determinar en qué nivel se encuentra el conjunto argentino. Luego de instalarse en Belo Horizonte y bajo un hermetismo absoluto, el seleccionador Alejandro Sabella mantiene una duda en la delantera con respecto al once inicial: Gonzalo Higuaín o Ezequiel Lavezzi. La inactividad del delantero del Nápoles, que no juega un partido desde la final de Copa Italia, el 3 de mayo, abre la puerta para que su par del París Saint Germain complete la línea de vanguardia albiceleste con Lionel Messi y Sergio Agüero.

Asimismo, el cuerpo técnico ensayó variantes tácticas durante esta semana para los distintos requerimientos que pueda demandar el debut mundialista. Las preocupaciones por la defensa endeble que acompañaron al equipo sudamericano en los últimos tres años serán evaluadas de forma exhaustiva en esta Copa del Mundo. Los laterales Pablo Zabaleta y Marcos Rojo, junto con los centrales Ezequiel Garay y Federico Fernández, que recibieron una cuota de confianza por parte del cuerpo técnico, buscarán refrendarla con sólidas actuaciones. "Vamos a dejar todo por intentar conseguir el sueño de todos los argentinos, que es el tercer título mundial. Tenemos un plantel maduro y mucha confianza en poder tener un gran desempeño en esta gran cita de Brasil", enfatizó Javier Mascherano.

Bosnia-Herzegovina fue una de las grandes revelaciones de las eliminatorias europeas al adjudicarse el Grupo G y lograr su primera clasificación mundialista por delante de Grecia. Con el indudable liderazgo del delantero Edin Dzeko, el conjunto balcánico procurará tener un gran desempeño en esta cita ecuménica del fútbol pese a su condición de novato.

Tras ultimar los detalles para el debut en su concentración en Guarujá, Bosnia llegó a Río de Janeiro con una sola duda en su formación titular, el estado de Sejad Salihovic. El defensa del Hoffenheim alemán se encuentra recuperado tras un traumatismo en el muslo izquierdo que no produjo lesión muscular, aunque su presencia no está confirmada y la variante posible es Ermin Bicakcic. "Argentina es favorita no sólo en este grupo sino para hacer un largo recorrido en esta competencia. Ellos tienen al mejor jugador del mundo y tienen una gran oportunidad de ganar el título en un Mundial que se disputa en Sudamérica", expresó Dzeko. Argentina ya se había impuesto por 2-0 ante Bosnia en un amistoso disputado en noviembre pasado en la ciudad estadounidense de Saint Louis.

Buenos estrenos El renovado estadio Maracaná, de Río de Janeiro, tendrá su bautismo en este Mundial con la presentación ante Bosnia de la selección albiceleste, que buscará ratificar la buena senda triunfal que arrastra en sus últimos cinco estrenos, desde la cita de Estados Unidos en 1994. Con nueve triunfos y cinco derrotas en sus 14 participaciones en Copa del Mundo, la selección argentina procurará llegar a su décima victoria en primeros compromisos mundialistas ante los europeos en el mítico estadio brasileño. De las cuatro ausencias en la cita ecuménica del fútbol mundial, la selección argentina no jugó en 1950 en tierras brasileñas por lo que hoy será su primer partido de Mundial en la casa de su vecino y eterno rival continental.

La última derrota en el estreno ocurrió en el primer paso hacia su segundo título, cuando Camerún sorprendió a la albiceleste y el 8 de junio de 1990 se impuso 0-1 en el estadio Giuseppe Meazza de Milán con gol de François Oman-Biyik.