Duración: 33:52 minutos de juego; 7:28 de tiempo real.
Saques: 11 de Zabaleta (tantos 2, 3, 7, 8, 11, 12, 16, 17, 19, 20 y 21).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 129 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 7 de Zabaleta y 1 de Untoria.
Errores: 4 de Zabaleta y 4 de Untoria.
Marcador: 8-1, 9-1, 13-2, 13-3, 14-4, 21-5 y 22-5
Apuestas: Se cantaron de salida posturas de 100 a 30 a favor de Zabaleta.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Fermín Eskudero (con Zabaleta) y Julián Petite (con Untoria).
Incidencias: Partido correspondiente a los deciseisavos de final del campeonato Manomanista de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. Muy poca entrada. 100 espectadores.
eibar - No aguantó Álvaro Untoria ni el inicio, a pesar de llegar al partido con buenas sensaciones, buen físico y sin problemas. Apenas en el primer peloteo, un José Javier Zabaleta con brillo en la diestra le puso contra las cuerdas en los cuadros largos del frontón Astelena de Eibar. En el primer tanto trató de buscar altura el riojano para evitar los golpes del bulldozer de Etxarren, pero el golpe se le fue arriba en su obligación de quitar pelota cómoda a Zabaleta y comenzó el viacrucis. Los saques del joven zaguero de Aspe fueron un auténtico tormento para el najerino. Encajó once, algunos de ellos restables, pero la mayoría bien direccionados por su contrincante, quien hizo daño cortando la pelota con un látigo enorme. Zabaleta es pura dinamita. Y la explosión en el Astelena la sufrió un Untoria indolente, pero que apenas tuvo pelota para terminar o buscar el dominio. Fue un duelo sin historia, corto y con el guion establecido por la potencia de uno y la falta de opción del otro. Demasiado escalón entre Primera y Segunda. Quizás el mayor debe de Zabaleta fue la falta de mordiente adelante, pero tampoco lo necesitó. Le bastó con el saque y la pegada para derrotar a su rival en poco más de media hora y 129 pelotazos. Sufrió lo indecible el de Nájera, porque no veía el fin de una procesión de saques y peloteos dominados por su contrincante. Tuvo serias dificultades en el resto y lo pagó con creces. Con un 22-5 que se dirimió a medias desde el disparo inicial, donde Zabaleta estuvo muy acertado aunque reconoce no haber practicado demasiado con ello. La holgura en el marcador llegó tempranera, casi sin amanecer el envite. Untoria se veía obligado a buscar la pared o la última losa, porque dejar pelota franca al de Etxarren supone penar tras el cuadro siete. Lo intentó, pero no le salió nada. Se estrelló sin opciones, varado, encallado en su propia dinámica. El 8-0 fue demasiado. No surgió siquiera alguna esquirla de remontada. Once saques son demasiados para combatir en igualdad de condiciones. Zabaleta, superior todo el partido, gozó, pero no terminó delante. No hizo falta. No obstante, tras el 22-5, el paso por el diván de José Javier implica más colmillo cerca del frontis porque Jaunarena no perdonará.