Barcelona - Hasta la presente temporada, Mercedes sumaba cinco dobletes como escudería de la Fórmula 1. Esta campaña ya ha ascendido a nueve los 1-2 que ha rubricado en toda su historia. Los números, sin embargo, siguen siendo tremendamente modestos al mirar los 81 dobletes con los que cuenta Ferrari desde la cúspide del listado. Pero los ciclos cambian. La última vuelta del Gran Premio de España proyectó, como rutina que viene asistiendo en 2014, que el modesto quiere ser rey. Y el rey, con la ambición por condición, no puede abandonar la modestia.
Corría el giro 66 del Gran Premio de España y en liza, la sexta posición. Alonso se defendía de Raikkonen y Raikkonen de Alonso, porque para eso están actualmente los pilotos de todas las escuderías, salvo en Mercedes, para batir al compañero antes que para mirar hacia mayores fronteras que son las victorias. Esas quedan muy lejos. En este contexto, mientras Ferrari contemplaba cuál de sus pilotos ganaba la carrera del garaje italiano, otros dos monoplazas rodaban aparte, llegaban lanzados, estratosféricos, en un mundo paralelo pero compartiendo pista con el resto, luchando por el triunfo. Acechaban los Sputniks plateados por el retrovisor del piloto finlandés, carne de asfalto. Eran Lewis Hamilton y Nico Rosberg, volando bajo. Ambos se zamparon a Raikkonen, séptimo y último piloto doblado ayer; Alonso, sexto, se quedó a 87 segundos del inglés de Mercedes, que se alzó con su cuarta victoria de la temporada (tras las de Malasia, Bahréin y China), la del cuarto doblete del curso para su equipo. "Nunca había dudado de mis posibilidades", expresó Hamilton, que por primera vez ganaba en el trazado de Montmeló. "No es ninguna sorpresa, hemos vuelto a la realidad", lamentaba Alonso, que decía estar aguardando a Barcelona para gozar de mejoras.
Aunque volvió a ser coser y cantar para Mercedes, no lo fue para Hamilton, que encuentra en su compañero a su mayor opositor al título gracias a la máquina que montan. De hecho, los pilotos de la escudería alemana enfocaron la última vuelta con medio segundo de diferencia entre ambos. Hamilton, en cabeza durante toda la carrera, se defendía del inconformista Rosberg, que venía recortando tiempo desde los 4,6 segundos que perdía en la vuelta 47. El germano quería tensar la competencia en el box. Este sprint se producía mientras Daniel Ricciardo, de nuevo ganando ayer la partida a Sebastian Vettel, maniobraba en solitario, a 49 segundos del fraternal duelo. El australiano, que lidió siendo vencedor contra Valteri Bottas, se alzó con el primer podio de su carrera deportiva. El ruso, mientras, sería quinto, superado también en las postrimerías por Vettel, que venía escalando desde la 15ª pintura de la parrilla de salida. Sin duda, los Red Bull son los coches que hoy por hoy más cercan tienen a los Mercedes. Pero eso, a 49 segundos en el Gran Premio de España. Sin excusas de un safety car que estreche la desigualdad, es la fiel realidad de la Fórmula 1.
Ya en el ecuador de la carrera, en el abrazo 33 de los 66 programados, las distancias eran abismales. Alonso rodaba a 47 segundos de la cabeza; a partir del décimo clasificado, la distancia era de más de un minuto. Para mayor desconsolación, Hamilton, como viene siendo habitual, rodaba consumiendo menos combustible que el resto de los monoplazas del Top 10, por lo que las reservas viajaban llenas, lo que hace pensar que Mercedes no hace aflorar todo su potencial. Hamilton rodaba capado y a la vez sobrado. El concepto de escasez para el inglés solo podía hacerlo presente Rosberg, que apretó los dientes en defensa del liderato que ha sostenido hasta Catalunya. "Llevamos mucho tiempo juntos, no sé por qué la relación no debería ser la misma a final de temporada", comentaba tras su conquista Hamilton. Sabe que Rosberg es el único capacitado para entrometerse en su segundo título mundial. La corona está en manos de Mercedes. El inglés solo pide limpieza.
"Era un circuito difícil para ganar a Hamilton", añadió, entre tanto, Rosberg, que deja ver que planteará batalla. De hecho, llega la cita de Mónaco, donde venció el curso pasado. "Espero repetir", anuncia. Y es que "desde 2010 han cambiado muchas cosas. Se ha reestructurado todo. Estamos llegando a ser el mejor equipo de la parrilla. Hay la posibilidad que en el futuro seamos el mejor equipo en cuanto a organización y tener una largo dominio en la Fórmula 1", añadió Rosberg. Ese futuro ciertamente es presente. "Ojalá tengamos algún día de nuevo el número 1", suspiraba mientras Alonso, rebuscando en el pasado. Los tiempos han cambiado. Los dobletes, aplastantes además, ahora los fabrica Mercedes.