Real Madrid1
Bayern de Múnich0
REAL MADRID Casillas; Carvajal, Pepe (Varane, m.73), Sergio Ramos, Coentrao; Xabi Alonso, Modric, Isco (Illarramendi, m.82); Di María, Cristiano Ronaldo (Bale, m.73) y Benzema.
BAYERN DE MÚNICH Neuer; Rafinha (Javi Martínez, m.66), Boateng, Dante, Alaba; Lahm, Kroos, Schweinsteiger (Müller, m.73); Robben, Ribery (Götze, m.72) y Mandzukic.
Goles: 1-0, m.19: Benzema.
Árbitro: THoward Webb (ING). Amonestó a Isco (57) por el Real Madrid.
Incidencias: Santiago Bernabéu. 85.000 espectadores.
MADRID - Por cuarto año consecutivo el Santiago Bernabéu se engalanaba para unas semifinales con sabor a clásico del fútbol europeo. El Bayern de la excelencia, retocado con maestría por Pep Guardiola, era el examen más duro de la temporada para el Real Madrid de Carlo Ancelotti. Lanzado anímicamente por la conquista de la Copa del Rey, el deseo de la 'Décima' generó un ambiente mágico en el estadio.
La personalidad del Bayern le condujo a salir a dominar en un templo. Con Guardiola lo contrario no es negociable. El Real Madrid fue empujado a golpes a su terreno. De nada sirvió el planteamiento inicial de Ancelotti. El mismo que la final de Copa del Rey, con Cristiano por Bale como segunda punta. Fiel a la historia del club, salió por el rival con sus armas.
El 90% de la posesión era suya. El Real Madrid no veía la pelota. Presionado por tres rivales cada vez que uno de sus jugadores la tenía. Obligado a regalarla o dar un patadón a la nada. La afición veía la exhibición y lejos de silenciarse se dio cuenta del momento y empujó a su equipo.
Los madridistas se convirtieron en guerreros que mostraban su raza en defensa. Cercados por su rival. Con Casillas preparado para lo peor. Empujados a jugar al contraataque, la velocidad de Di María y Cristiano era una esperanza que asomaba en el horizonte si las fuerzas del Bayern flaqueaban o tenían un momento de duda. Pep salió con 'nueve', Mandzukic, tres dueños del centro del campo -Lahm, Schweinsteiger y Kroos- y dos puñales de extremos como Robben y Ribery.
Maniatado, el Real Madrid no tenía opción de jugar ni de adelantar su línea de presión. No había noticias madridistas cuando de golpe, de forma inesperada, salió a relucir su pegada. La primera vez que llegó a tres cuartos del campo, el pase en profundidad de Cristiano al desmarque de Coentrao culminó con asistencia medida a Benzema que marcó a placer.
Recuperada la autoestima el Real Madrid, metió el susto en el cuerpo a su rival. Sus llegadas no tenían remates a puerta y cualquier despiste era castigado con una transición difícil de frenar. Le faltó acierto para dar un golpe en la mesa al Real Madrid porque de nuevo al borde del descanso, un balón cayó a Di María en el segundo palo y escorado, fusiló arriba desviado.
Las cartas estaban sobre la mesa en el segundo acto y con el marcador a su favor y sin la sorpresa inicial, el Real Madrid sabía a qué jugar. Mantuvo su solidez defensiva y con más espacios para explotar su virtudes ofensivas buscó un triunfo mayor. Lo evitó Neuer, que sacó abajo un disparo cruzado de Cristiano nada más reanudarse el partido.
Jugó mermado Cristiano y pese a ello dio todo en cada acción de ataque. A los 68 minutos su último acto antes de dejar su puesto a Bale, fue un chut abajo con la zurda que de nuevo le sacó Neuer. Entraba el héroe de Copa y Pepe, el mejor defensa en el campo, no pudo más y dejó su sitio a Varane.
El último cuarto de hora de la primera batalla fue de empuje alemán hasta la extenuación. El Real Madrid puso un muro que no se rompió salvo por un grave error que pudo costar la eliminatoria. Tras un disparo de Müller buscando la escuadra que desvió Varane, llegó un exceso de confianza de Modric que pudo costar caro. Ramos arrasó con todo y el balón cayó al croata que regateó dentro de su área en vez de despejar. El balón perdido acabó en una ocasión de Götze que fusiló a Casillas y se encontró con la rápida reacción del capitán madridista. - Efe