¿Qué le falta para dar el último estirón?
-En la Vuelta al País Vasco, por ejemplo, me falta ganar una etapa y la general. Me falta ser el mejor. Me falta quizás creerme que puedo serlo, y a la vez, sé que puedo estar ahí. Tengo 28 años y he madurado y crecido como ciclista, pero no sé si lo suficiente.
Beñat Intxausti llega para hablar de la Vuelta al País Vasco que se avecina, pero como aparece vestido con un polo rosa es inevitable evocar su día rosa del pasado Giro. Fue el primer vizcaino de la historia en liderar la carrera italiana, el único, claro, y a eso le sumó la preciosa etapa que ganó en Ivrea. "Vestirme de rosa cuando no me lo esperaba supuso una satisfacción doble", recuerda el vizcaino; "y lo de ganar una etapa y estar entre los diez mejores completó lo que para mí fue un Giro muy bueno, pero sobre todo importante a nivel mental". Cuando llegó a casa con el maillot rosa en la maleta y el recuerdo de las flores ya marchitas y los besos de cera de Ivrea, Intxausti se detuvo a pensar en el significado de todo eso que se traía de Italia para concluir que esa era la prueba material de lo que quería de la bicicleta, lo que pensaba que podía llegar a ser y lo que le decían que sería, un pura sangre, un elegido, algo así. La perla. "Me convencí de que puedo estar donde creo".
Creer, dicen los que saben, es el músculo más poderosos del ciclista. Pero creer como creyó Intxausti al ver reflejado su rostro en el maillot rosa del Giro, su amado Giro, no le valió para confirmarse en la Vuelta. "Me mentalicé para hacerlo bien, pero me salió no mal, sino peor". Admite su desencuentro con la carrera española, un sentimiento antagonista al que le une al Giro -"no se me da bien y no sé por qué"-, y en busca de razones que expliquen su rendimiento el pasado septiembre habla de lo difícil que resulta rendir en dos grandes en una misma temporada. "En la segunda, el cuerpo está desgastado, al límite. Eso solo esta al alcance de unos pocos". Cuenta con los dedos: Contador, Purito, Nibali, Froome, Valverde... "Yo no tengo tanto motor como ellos". Gripó en la Vuelta. Y, sin embargo, resucitó para ganar el Pekín. "Las mejores sensaciones que he tenido como corredor". El triunfo en Pekín le dio también a Movistar la victoria por equipos en el World Tour, lo que le hace sentir a Intxausti como una pieza importante de un bloque en el que hay que aprender a vivir bajo la sombra de las grandes figuras. "Cada uno sabemos cuál es nuestro sitio y yo me siento valorado".
El de Beñat este año le sitúa a la rueda de Valverde. Le seguirá hasta Francia. El Tour es la carrera que todos los niños que ahora son ciclistas han visto y la que sueñan con correr. "Yo no", matiza el vizcaino, que ya estuvo por allí en 2011 y no guarda buen recuerdo. Se cayó el primer día, se rompió el codo y aguantó así una semana hasta que, camino de Superbesse, abandonó. Solo conoció sufrimiento y dolor. En carrera, vivió la tensión a cola de pelotón, siempre ahí, el último; en el hotel, la tortura del masaje hasta llorar. Es lo que recuerda. Miseria.
Un sueño, ganar en casa Por eso en su corazón ciclista solo hay sitio para el Giro. Y para la Vuelta al País Vasco. "Ganarla siempre ha sido mi sueño", proclama el último vasco que se ha subido al podio (2010, el año que ganó Chris Horner). "Es la carrera de casa, me gusta, me ha gustado desde niño y siempre que la he corrido he estado delante. Pero es la gente que te rodea y te apoya desde la cuneta la que la hace especial". Debutó en la ronda vasca en 2008 con Saunier y acabó 83º; en 2010 fue tercero; en 2011, cuarto; y octavo el año pasado. Ninguno de esos resultados le vale esta vez. "Estoy bien", se limita a decir. Y a recordar que viene Valverde, "que está en una forma impresionante". Dicen que el murciano está como nunca (unas cuantas victorias en Murcia y Andalucía, tercero en la Eroica y victoria con exhibición en la Roma Maxima...). Si es así, ¿quién le puede parar? Quizás Contador, este Contador que es el de otros años (segundo y una etapa en Algarve, espectacular en la Tirreno y segundo en la Volta). De ese duelo se habla en la Vuelta al País Vasco en la que no figura ninguno del podio del último Tour (Froome, Quintana y Purito) ni el ganador del Giro (Nibali) ni el de la Vuelta (Horner, baja de última hora). Pero siempre hay una sopresa en la Vuelta. Tras Contador y Valverde se esconden más nombre: Samuel, Van Garderen, Nieve, Evans, Kwiatkowski, Rui Costa, Frank Schleck, Mollema... E Intxausti. "Estoy bien, he preparado bien, estoy con ganas y físicamente a punto. Eusebio sabe que si me necesita para ganar la Vuelta al País Vasco, estoy preparado". También lo está, siempre lo está, Valverde, que nunca ha ganado la ronda vasca pero fue segundo en 2006 y suma cinco victorias de etapa. Hace unos días que el murciano, también Intxausti y otros compañeros de equipo, visitaron los tramos de pavés que se encontrarán en la quinta etapa del próximo Tour y disputaron, para acumular experiencia sobre las piedras, la Dwars door Vlaanderen ,una prestigiosa clásica flamenca que cuenta con varias zonas de adoquín. Valverde, que nunca había corrido una prueba de ese tipo, salió a ganar. Le llaman el bala.