Duración: 81:00 minutos de juego.

Saques: 2 de Bengoetxea VI (tantos 13 y 15) y 4 de Martínez de Irujo (tantos 2, 6, 17 y 19).

Faltas de saque: 1 de Bengoetxea VI.

Pelotazos: 597 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 6 de Bengoetxea VI, 3 de Begino, 4 de Martínez de Irujo y 2 de Cecilio.

Errores: 6 de Bengoetxea VI, 5 de Begino, 7 de Martínez de Irujo y 2 de Cecilio.

Marcador: 2-1, 3-2, 3-3, 4-4, 5-5, 6-7, 6-8, 7-8, 8-9, 9-10, 10-13, 10-14, 11-14, 13-15, 14-15, 16-16, 17-19, 20-20 y 20-22.

Botilleros: Rubén Beloki ejerció de botillero de Bengoetxea VI-Begino y Jokin Etxaniz aconsejó desde la silla a Martínez de Irujo y Cecilio.

Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos de final del campeonato de Parejas de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Lleno.Jokin Victoria de Lecea

iruñea - Juan Martínez de Irujo y Cecilio Valgañón olvidaron todos los errores cometidos cuando, tras más de una hora y veinte minutos de juego y casi 600 pelotazos, por fin pudieron abrazar el cartón 22. La pareja de Aspe, a base de pico y pala, fue sumando tantos hasta lograr la sufrida victoria. Una formula que copiaron sus oponentes, Oinatz Bengoetxea y Aritz Begino, que tampoco disfrutaron sobre la cancha. Pero el binomio colorado solo pudo llegar hasta el 20 y murieron en la orilla, recordando cada uno de los errores. La sensación amarga de la derrota. Irujo y Bengoetxea se encontraron ante un guión extraño, convertidos en actores secundarios en una película protagonizada por sus compañeros.

Begino comenzó el partido poderoso, dándole mucha velocidad a la pelota y con una pegada que recordó al Aritz de los mejores días. Pero enfrente tuvo un zaguero diferente. Cecilio tiró de recursos para devolver todo, y poco a poco, comenzó a venirse arriba, a asomarse por los cuadros delanteros y a terminar un par de tantos con gran belleza. A pesar del monopolio de los zagueros, los delanteros no se rindieron. Unas ganas que se convirtieron en precipitación y tanto Oinatz como Juan amasaron demasiados errores en su hoja de servicios.

Inmersos en un mar de errores, sin poder salir a flote, los tantos fueron avanzando y la tensión era mayor tras cada pelotazo. Un choque vivido al límite, que hizo que las fuerzas flaquearan antes de tiempo y que la frescura inicial abandonara el cuerpo de los pelotaris. Era el momento en el que había que buscar oxigeno en cada pequeño descanso. Un encuentro en el que ninguna de las dos parejas consiguió distanciarse y los abrazos en el marcador se sucedieron constantemente. Irujo y Cecilio amenazaron con romper el partido, pero una y otra vez, los colorados volvían a engancharse y a dar la vuelta al electrónico hasta llegar al 20-19, tras dos malas decisiones del guardaespaldas de Ezcaray. Con los azules contra las cuerdas, llegó el momento de Juan. Demasiado errático en ocasiones, precipitado y sin conseguir clavar el colmillo, Irujo dejó atrás todos sus males y tomó el mando. El delantero de Ibero se hizo con el control del partido y comenzó a mandar a base de garrote y así, a pelotazos, llegó hasta el 22. El cartón que hace olvidar todos los males.